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Tola y Maruja

Tola y Maruja
10 de enero de 2016 - 02:00 a. m.

Connotadas consejeras,

Soy ama de Casa de Nariño y puse unas cortinas que costaron $600 millones y los envidiosos andan alborotados. ¿Ustedes qué opinan? ¿Acaso la familia presidencial no tenemos derecho a dormir en completa oscuridad? ¿Es justo que los vecinos vean los muebles viejos? (Tenemos un solio que fue de Bolívar, ¡calculen!) ¿Es bueno que los súbditos vean al presidente en calzoncillos? 

Atentamente,

Titina

Querida botarata,

Por su letra vemos que escribe con pluma Mont Blanc. Nosotras estamos con poner cortinas, pero nos parecen caritas. Usté tan cerquita, ¿por qué no las averiguó en San Vitorino?

Y si eso les valieron las cortinas, hum, ¡cuánto irán a costar las cenefas! Con razón les toca vender Isagén.

¿Y por qué no las hizo usté de croché? Las primeras damas no tienen por qué estar por ahí andareguiando con obras sociales sino cuidando la economía del hogar.

Aunque tampoco llegar al otro estremo del ahorro como hizo la esposa del presidente Marco Fidel Suárez, que de cortinas puso unas sábanas curtidas.

A propósito, esto le valió un debate muy encendido del senador Lauriano Gómez, que lo acusó de indigno y chichipato y lo obligó a renunciar. Cuando los debates tenían sustancia.

Las cortinas hacen falta pa que los apaches que pasan no estén mirando a ver qué cosas de valor hay, pero por otro lado nos parece que la falta de cortinas da más trasparencia ética.

Pa Tola y yo las cortinas son muy fundamentales porque podemos mirar por un descosido sin que nos vean. Claro que sin cortinas estorbando dentra todo el sol pa secar la ropa en la sala.

Usté tiene razón al decir que deben cuidar la imagen que los visitantes se llevan de Palacio, y que los banqueros se fijan en los enseres que sacarán en caso de un embargo.

Pero hay alternativas de cortinas baratas como las de costal, más encubridoras y que usté puede defender como tejidos autótonos o sencillamente decirles a sus amigas que son vintage.

Tu tranqui, que ese gesto de gastar en cortinas nuevas tiene un mensaje sicológico: Sumercé confía en la economía del país. ¿Por qué será que los únicos que no confían en la economía del país son los berriondos pobres?

Hablando de economía, dígale a su marido que muy bien hecho que ponga a declarar renta a esos oligarcas que ganan más del millón. Es que pal posconflito los pobres no quieren poner sino el perdón, ¡así cualquiera!

Ah, querida Titina, a la inaguración de las cortinas podés invitar a Luis Pérez, pa que él lleve la vajilla de los 100 millones.

Tus tías que te quieren,

Tola y Maruja

Posdata: Santos puso cortinas de 600 millones. ¡Derrochón! Uribe las ponía de humo.

 

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