Toros, filosofía y video

Arturo Guerrero
27 de enero de 2017 - 03:10 a. m.

No hay entre nosotros quien haya escrito de modo más profundo sobre las corridas de toros que el columnista Antonio Caballero. Además de sus crónicas sofisticadas sobre cada lidia, ha batallado con animalistas y alcaldes prohibicionistas.

En entrevistas, libros y estudios históricos, defiende la tauromaquia como arte, rito, espectáculo, gusto cultural, juego, combate. ¿Cuál es el punto de partida teórico de donde arranca tan abundante producción? Es importante precisarlo para no perder el bosque entre la cantidad de árboles. Y para medirle el aceite a su maquinaria filosófica.

Caballero lo expuso con claridad en una columna de comienzos de 2005: ¨El hombre es violento por naturaleza. Y es por eso por lo que todas las sociedades humanas desde los albores de la historia, han intentado encauzar esa violencia para hacerla menos dañina, ritualizándola en el sacrificio y en el juego. No es posible suprimirla. Reprimirla es contraproducente. Es necesario sublimarla¨.

De este gran postulado, concluye que toda pelea es placentera y satisfactoria en sí misma, todo combate es un juego y el juego es un placer, según anotó en una polémica en 2001. ¨El toro bravo, como el hombre –agrega- es un animal de combate. Le gusta combatir…, cuando prácticamente todas las demás especies animales rehúyen la pelea¨. Y enumera: tigre, serpiente, rana, murciélago, burro.

Pues bien, circula en estos días por internet un video que por sí solo le da vuelta al ruedo de estas ideas de la violencia como base de la naturaleza humana y animal: https://perfecto.guru/toro-adoptado/

Christophe Thomas, granjero francés, solicita a ciertos empresarios de corridas de Barcelona que le cedan un toro bravo porque quiere convertirlo en su mascota. Los dueños le susurran que, con suficiente cuidado, este animal será más fiel que un perro.

Comienza por darle un nombre, Fadjen. Lo peina con cepillo, lo deja retozar con otros animales de la finca, le da oportunidad de descubrir el placer de la convivencia. Prueba con un trapo rojo y descubre que no hay tal color que enfurezca al astado. El video es un lujo de producción, acerca la cámara a la pelambre nutrida del ser criado para devenir fiera.   

En la sociedad de hoy, domesticada sin palabras, sin reflexión, las imágenes de Fadjen brincando y ondeando sus pitones en un medio de felicidad verde son un tratado de filosofía del futuro.

¿Qué no es posible suprimir la violencia? ¿Qué el juego y el placer provienen solamente de la pelea? ¿Qué al toro le gusta combatir? Enormes preguntas para los ritualizadores de la tauromaquia.

Estos también tendrían que responder por qué las demás especies animales rehúyen la pelea. ¿Alguien enseña al toro miura a embestir, a responder a las provocaciones con cornadas mortales? ¿Acaso el granjero Thomas es el único ser humano que desenmascaró a los combatientes de las corridas en las que se ve la enseñanza de la violencia con violencia?

Parece entonces que el toreo no es metáfora de la vida y la muerte tal como estas son, sino de una larga civilización crucificada.

arturoguerrero@gmail.com

 

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