Una carta sobre el diálogo y otra sobre los prejuicios

Recibimos dos cartas, una sobre Borges y el diálogo, y la otra sobre un editorial y los prejuicios.

¿Cómo dialogar?

Este martes 14 de junio se conmemoran los 30 años del fallecimiento del gran escritor argentino Jorge Luis Borges. Como homenaje a este extraordinario intelectual y para enriquecer la calidad de las muy deterioradas  discusiones nacionales, comparto una de sus sabias reflexiones: “Las polémicas son inútiles, estar de antemano de un lado o del otro es un error, sobre todo si se oye la conversación como una polémica, si se la ve como un juego en el cual alguien gana y alguien pierde.

El diálogo tiene que ser una investigación y poco importa que la verdad salga de boca de uno o de boca de otro. Yo he tratado de pensar, al conversar, que es indiferente que yo tenga razón o que tenga razón usted; lo importante es llegar a una conclusión, y de qué lado de la mesa llega eso, o de qué boca, o de qué rostro, o desde qué nombre, es lo de menos”. Estoy convencido de que si todos los colombianos pusiésemos en práctica éstas valiosas sugerencias del maestro Borges, muchos de nuestros grandes problemas podrían solucionarse más fácil y velozmente.

Mauricio Rodríguez Múnera

Sobre el prejuicio

El editorial “El prejuicio mata” (El Espectador, 13/06/16) descontextualiza la situación presentada, intentando revictimizar a las personas que sufrieron este terrible ataque, directa o indirectamente, y asociar éste a su condición sexual. La discriminación entonces no la manifiesta en ese punto el ciudadano, ni el lector, sino el escritor que ve en la locura y muerte desatadas por este enfermo mental y asesino a sangre fría, una manifestación de la segregación. Quienes fueron asesinados eran personas, hijos, hermanos, quizá padres de alguien, pero entonces algunos oportunistas aprovechan para rasgarse las vestiduras y sacar las banderas y decir que están discriminados y que todos tendríamos que pensar igual porque si no lo hacemos entonces estamos apoyando al asesino. No, está equivocado, su juicio es el que discrimina, porque ve a estas personas sólo como homosexuales, y se olvida de lo que eran, seres humanos, no importa dónde estaban ni lo que estuvieran haciendo, debería solidarizarse con ellos y no buscar en esta situación la oportunidad de lograr protagonismo ni de promover otros odios, porque esa es la otra discriminación de ahora, la que nos toca a los que no tenemos ese pensamiento tan “de avanzada”. Sí, tiene razón, no saco un fusil ni mataría a nadie por esto, pero ustedes se limitan a decir que “no es lo mismo”, pero “casi”, ¿cierto? Quizás el editor no sacaría un fusil ni mataría a nadie por esto. Pero casi. Porque esos prejuicios también matan.

Gabriel Reyes C.

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