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Vírgenes y virginidad

Enrique Aparicio
19 de junio de 2016 - 02:00 a. m.

Una obsesión de nosotros los varones ha sido el cuento de la virginidad de la mujer, definida como el estatus antes del primer encuentro con hombre para hacer ticky ticky.

Afortunadamente el tema en muchos de nuestros países se acabó. En el fondo se trata de inseguridades del macho interno. Vamos ahora a la idea que tengo en la cabeza.

Con gran respeto por la imagen religiosa de la Virgen María que arrastra millones de fieles, quiero en esta nota, repito, evitar el tema religioso y concentrarme en algo mundano. Por ejemplo, supongamos que usted es pintor y vive en una ciudad pequeña muy antigua de Italia, digamos Spoleto, que le ha ganado al tiempo (tengo sangre de este país que me ha llevado a despertarme por las noches totalmente despistado por no encontrar uno de los eslabones perdidos en este coctel de razas que llevo adentro, en este caso el italiano). He recorrido ese país extensamente y con suerte logré conocer algún Cerruti y el lugar donde bautizaron a mi bisabuelo en Turín. Buena gente el viejito.

Pero sigamos. Descartemos las pinturas que cada domingo ha visto en la iglesia de la parroquia donde sus padres lo llevaron desde que tenía cinco años. Hablemos del siglo XV y XVI. ¿Cómo se la imaginaría? ¿Alegre, triste, despistada, sexi, no sexi, o la vecinita cerca de su casa que a los 16 añitos lo hacia derretir cuando usted tenia catorce o severa, brava, matriarcal? ¿Con caras que quieren reflejar no haber conocido hombre? (Frase de sacristán de pueblo español perdido en la nada con solo sus pensamientos, es decir íngrimo).

Aquí es obvio que el tiempo y las costumbres cuentan. En las pinturas hechas sobre madera en el siglo XIII se ven mujeres planas, con poca de voluptuosidad. Mas bien caras medio dormidas sin mucha gracia. Sea lo que sea, es muy posible que la hija del panadero del pueblo constituya su modelo para trasmitirle al pincel lo que usted se imagina que es una verdadera virgen.

Con la evolución infatigable de los años a partir del renacer del arte, hacia 1460, cuando ya la expresión exclusivamente religiosa dejó de ser LA expresión única, la cosa cambió. En Italia y España, las vírgenes empezaron a verse mas voluptuosas, muchas de ellas con senos protuberantes amamantando al niño sin pena ni timidez. Simple, era el ideal de mujer rozagante y con curvas.

Lo que quiero hacer énfasis es en los mensajes de expresiones que traen consigo la parte humana, las miradas, las caras, nada de análisis complicados ni inventos con palabras para despistar.

El You Tube recoge imágenes que tomé en Italia y España sin más aspiración que mostrar mi teoría de que el tiempo, el lugar y las costumbres cuentan para inspirar al artista que pintaba y pinta vírgenes.

You Tube


Que tenga un domingo amable.
 

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