Oportunidad

J. William Pearl
21 de mayo de 2018 - 04:15 p. m.

Las elecciones  de anteayer en Venezuela afectarán el resultado de las presidenciales en Colombia para disputar la primera vuelta. Maduro ganó con 5.823.728 votos. Colombia no es un país aislado y sirve como refugio temporal y  permanente de quienes no ven un buen futuro para ellos y sus familias en Venezuela. Lo que ocurre  en su territorio nos inquieta y afecta  las elecciones presidenciales.

Afortunadamente encabeza las encuestas en Colombia una persona que cree en la democracia; a la luz de estas no le alcanza para ganar en primera vuelta, pero esa es la democracia y siquiera existe la segunda vuelta para que quienes son afines a un modelo económico y político  puedan respaldar uno igual.  Seguramente quienes  pasen a segunda vuelta no  logren satisfacer en su totalidad las propuestas de los demás candidatos. Estos  expusieron sus programas  y podrán también manifestar libremente cuál de las opciones es más afín con sus postulados. Los  demás excandidatos, si en verdad son demócratas se  deberían unir con quien  eso representa o manifestar claramente en cuál sistema político creen. También pueden optar por dejar en libertad a sus votantes.  En Colombia se puede elegir libremente, y así debe ser, pues como decía Churchill,  “la democracia es el peor de los sistemas diseñados por el hombre, con excepción de todos los demás”.

Petro tiene un gran defecto y es el rencor; no sabe perdonar y demostró que gobierna no favor de unos,  sino en contra de otros. Dicha condición lo lleva  (además de que demostró su incompetencia para gobernar) a cometer grandes errores, pues un gobernante ejerce el poder para todos y Petro cree que solamente debe hacerlo para los menos favorecidos, cuando debería cuidar también  a quienes aportan los empleos y los impuestos para ellos. Un  asunto que no es menor, es su temperamento autoritario. Cuando Petro  fue alcalde, Navarro Wolf duró muy poco tiempo a su lado  y  a quienes piensan algo diferente de lo que él cree, los despide. Es decir, gobierna con personas que no lo cuestionan, lo cual es un gravísimo error.

A Petro le afecta en su candidatura el que los votantes lo asocien al régimen de Venezuela; Maduro apareció en el  tarjetón de  anteayer diez veces y está demostrando que usa la mal llamada  democracia para mantenerse “legítimamente”.  Este es el gran temor de muchos en Colombia, elegir a Petro y que se quede indefinidamente. Petro manifestó que convocará al día siguiente  de su posesión a una constituyente, algunos votantes creen que  es lo piensa hacer para perpetuarse en el poder legalmente. Ya dijo que de ser presidente, no permitirá que el metro se construya elevado, un simple túnel en Bogotá (el de la 94) le quedó grande, un metro subterráneo sería  un fracaso más para los bogotanos y el asunto de la movilidad es relevante, no puede ser este asunto un tema de egos.

Colombia aun no valora la democracia en su totalidad; por una razón, la disfruta y no la pierde desde la dictadura de Rojas Pinilla, pero es bueno recordar que muchos de los derechos se perdieron y esta cayó por el pacto de  Benidorm, firmado por Alberto Lleras Camargo y Laureano Gómez en España. 

Mientras quien salga elegido sea un demócrata, Colombia no tendrá problemas, pero en caso contrario todo se vendrá abajo, pues un sistema asistencialista es tan mediocre y malo que la antigua Unión Soviética se vio forzada a desmantelarlo y China es hoy en día un país que se parece más a uno capitalista que a una economía cerrada.

 ¿Si a Petro no le gusta el estilo americano, cual es la razón para repetir, mi nombre es Gustavo Petro y quiero ser su presidente, cuando dicha frase se  usa en Estados Unidos por los candidatos?

 

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