Comunidad y desarrollo

Óscar Iván Zuluaga, libre de Odebrecht

Uriel Ortiz Soto
18 de septiembre de 2019 - 05:00 a. m.

El Senado de la República pierde mucho prestigio al permitir el regreso de debates tan insulsos, envueltos en un torbellino de escándalos, que finalmente a nada conducen, pero que desgraciadamente producen el efecto de la duda contra personas honestas y trabajadoras.

Pretender mancillar la honra y el buen nombre del exsenador y excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga y de su hijo Juan David es la peor infamia que puedan cometer algunos senadores de la oposición, al decir en pleno debate que existen nuevas pruebas que lo comprometen cuando todo quedó aclarado en debates anteriores.

Quienes conocemos al doctor Óscar Iván Zuluaga y a su familia podemos asegurar que es hombre honesto y pulcro, comprometido con sacar adelante nuestro país, gracias al liderazgo que se ha ganado promoviendo obras de desarrollo para bien de las regiones que visita.

El caso de Odebrecht, con el cual se sindica al doctor Óscar Iván Zuluaga de haber recibido coimas para su campaña presidencial, cuyo triunfo le fue arrebatado por el hoy expresidente Santos, está lo suficientemente claro: no recibió ni un solo peso de esta multinacional como así lo han declarado sus directivos.

Me parece desde todo punto de vista pecaminoso que la máxima corporación legislativa del país se preste para debates tan insulsos que al final de cuentas a nada conducen; quienes los promueven lo hacen simplemente para lucirse ante la falta de visión e iniciativas para promover planes y programas de desarrollo, que es lo que el país reclama con urgencia.

Es verdad que en toda democracia las fuerzas opositoras son indispensables, pero jamás debería permitírseles el regreso a temas que en otros tiempos fueron debatidos al tenor del reglamento del Congreso de la República; considero que estos deben tener un tiempo y un límite para hacerlo, caso contrario es restarle prestigio y altura al máximo poder legislativo del país.

Me estoy refiriendo al senador Jorge Robledo que, con sus acostumbradas retahílas, tiene molestos a buen número de colombianos que ven en sus discursos tiempo perdido, cuando el país les está reclamando a él y a todos sus colegas que legislen sobre asuntos que sean de vital importancia.

El señor presidente del Congreso debería tener en cuenta lo que ha sido debatido y de una vez tomar las determinaciones pertinentes a que haya lugar, con eso el caso queda totalmente archivado, salvo que se presenten nuevos hechos de modo, tiempo o lugar que justifiquen debatirlos a la luz de nuevos acontecimientos.

Qué vergüenza también para nuestro país que muchos de los mal llamados “Padres de la Patria” se inventan toda clase de golpes bajos para sacar ventaja en las elecciones. Considero que no es bien visto bajo ningún punto de vista que en vísperas de los comicios electorales se busque mancillar el nombre de distinguidos dirigentes.

El caso de la multinacional Odebrecht, que como padre de todos los políticos corruptos y sinvergüenzas alimentó campañas electorales en toda la América Latina, da para crear el triunvirato del Reino Celestial, cuando los senadores más listos y deslenguados sacan a relucir pruebas tan débiles que se diluyen en los estrados judiciales con la más mínima interpretación jurídica.

Esperamos que el nuevo presidente del Congreso ponga orden a estos debates, que ya han pasado por el cernidor legislativo. No tiene razón de ser traerlos a nuevos escenarios simple y llanamente para distraer a la opinión nacional y poner en la picota pública a distinguidos ciudadanos.

urielos@telmex.net.co

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