Otro fracaso

Iván Mejía Álvarez
30 de octubre de 2018 - 03:00 a. m.

No es justo sonar los tambores y clarines porque al frente de la tabla de posiciones se encuentran equipos de provincia y el tercer cuadro de Bogotá, mientras que los llamados grandes de Cali y Bogotá padecen para ganar un cupito en las finales.

El despectivo “nivelados por lo bajo” asoma de inmediato y es como si los que trabajan, hacen las cosas bien, planifican y ejecutan, no tuvieran derecho a conseguir resultados mientras que los que hacen las cosas mal consigan lo que sembraron: fracasos.

La Equidad arrancó embalado, consiguió 21 puntos en línea frente a los equipos chicos y cuando le tocó el turno de los rivales grandes cedió posiciones que posteriormente recuperaría y hoy está en el tope. Mientras los demás se armaban, planificaban, ellos ya estaban en lo suyo, porque hicieron bien las cosas.

A Gamero le desarman todos los años el equipo. Camargo entiende el negocio del fútbol, saca jugadores, los potencia y después vende. Si no fuera así, el Tolima no existiría porque la afición no va al estadio y al exsenador nadie le colabora económicamente y a duras penas consigue patrocinios locales. Pero es raro que Tolima no esté metido en la conversación. Gamero sufre al principio para ensamblar lo que le llega y lo que le queda y al final monta equipos equilibrados, difíciles. Esos dos venezolanos juegan bien, Orozco y González, el mediocampo entiende de la presión y Marco Pérez hace goles como nueve, donde siempre debió jugar.

Bodhert tiene su cuento bien montado en el Once Caldas. Llevó jugadores nuevos y desconocidos: Lemos, Rodríguez, Velasco, Arias y Steer, entre otros, y ha armado un equipo que respeta el trato al balón, que prioriza la pelota a ras de tierra en largas secuencias de pases y que es agradable a la retina del aficionado. Huberth le ha dado al aficionado manizalita el tipo de fútbol que les gusta, el toque, la gambeta. Ese ADN siempre los ha identificado y el técnico cartagenero se lo está entregando.

Y del Bucaramanga, otro equipo que juega bien a la pelota, ya hablamos la semana anterior, pues también es un equipo de esos que poco aparecen al frente pero hoy deja una buena imagen colectiva.

Todos los anteriores tienen técnicos colombianos: Suárez, Gamero, Bodhert, Flabio Torres. No son equipos de grandes inversiones, pero sí de ideas sobre un fútbol bien jugado y una planificación estructurada.

Los que siguen creyendo que la línea argentina-uruguaya de la marca, la presión, el raspar siempre, la intensidad, es la panacea del fútbol, como Cali, Millonarios y Santa Fe, están peleando por un cupito.

Los que se nivelan por lo bajo son los llamados “grandes”, especialmente los de Bogotá, que otra vez están a punto de dejar a la capital sin fútbol en finales. Por algo será.

 

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