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Pactos para crecer

Nicolás Uribe Rueda
10 de agosto de 2019 - 03:38 a. m.

Era previsible que quienes perdieron las elecciones en 2018 no tuvieran siquiera el interés de analizar en detalle las realizaciones del presidente Duque en este primer año de gobierno. Y no lo hicieron porque para ellos nada que sea diferente a lo propio es democrático y mucho menos podría ser bueno. Por eso, ignoraron en su análisis de este primer año la ley de punto final en materia de salud, la reactivación del sector de hidrocarburos, el acuerdo estructural para resolver la deuda histórica con la universidad pública, la reducción en las cifras de deforestación, el avance en la agenda de energías renovables, la política de economía circular o el extenso abanico de estrategias, planes y programas que se han puesto en marcha para que Colombia pueda enfrentar los desafíos que plantea la cuarta revolución industrial. Omitieron en su balance los tangibles avances en el cumplimiento de las obligaciones con los desmovilizados de las Farc y el esfuerzo para proteger a los líderes sociales. Es curioso que sean incapaces incluso de rodear al presidente en su decisión irrevocable de acabar con la mermelada, y con ella poner fin a la práctica más corrupta de la política colombiana, aquella que significaba comprar con presupuesto público la aplanadora de voluntades que, sin deliberación y a pupitrazo limpio, aprobaba sin reparos todo aquello que el Gobierno ponía en consideración del Congreso.

 

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