Publicidad

Para la crisis, una institución de emergencia

Santiago Montenegro
30 de marzo de 2009 - 01:42 a. m.

CONOCIDA LA CIFRA DE CRECIMIENto negativo del PIB en el cuarto trimestre de 2008, y los datos parciales de los primeros meses de 2009, es muy probable que la economía esté ya en recesión.

La caída del crecimiento como consecuencia de la crisis financiera y económica internacional era inevitable, porque los términos de intercambio, la tasa de crecimiento de nuestros socios comerciales, el crédito externo privado y los flujos de inversión extranjera directa se han deteriorado y son variables que están fuera del control de las autoridades.  Ahora lo que hay que evitar a toda costa es la contracción adicional que puede haber como consecuencia de la incertidumbre creciente que ha hecho que el sector privado haya aumentado su tasa de ahorro y reducido su inversión. Como he enfatizado en otras columnas, estos comportamientos se han reflejado desde el año pasado en un incremento de la demanda privada por liquidez, sin que hayamos llegado a los extremos de “trampa de liquidez,” como sucedió en los Estados Unidos, el Reino Unido y otros países.

Como prueba de ello, han caído las tasas de interés de los TES y ha subido el valor del dólar. Además, el incremento en la demanda por liquidez es consistente con la caída de las tasas de captación del sistema financiero y con un incremento de las tasas de colocación del crédito preferencial y tesorería. Curiosamente, algunos analistas sólo vieron en estas tendencias muestras de confianza en la política económica por parte del sector privado. En condiciones normales, una caída en las tasas de los TES puede, efectivamente, ser analizado como una muestra de confianza en la política económica, pero, en un escenario como el actual, dichas caídas están señalando, sobre todo, que el sector privado está dejando de confiar en sí mismo. 

Si el ahorro de la economía está, entonces, subiendo y la inversión cayendo, el espacio que deja el sector privado tiene que ser llenado por el sector público.  Así, es urgente expandir la inversión pública al costo de tener un mayor déficit fiscal. En esto coinciden prácticamente todos los analistas, incluyendo también a las autoridades económicas. El problema es que el país no tiene la institucionalidad para activar la inversión pública en un muy corto plazo. Dada la escasez crónica de recursos y la resignación al atraso que tuvo el país durante décadas, especialmente en carreteras, logística y vivienda de interés social, las entidades encargadas de estos temas no están, infortunadamente, en la capacidad de ejecutar un plan de emergencia.

No se trata de decir qué hay que hacer, pues eso ya se sabe. El insumo escaso ahora es la capacidad de ejecución y de coordinación de varios ministerios y entidades en el Gobierno Nacional y de interacción de éste con los niveles regionales y los municipios y también con el sector privado. Para enfrentar este cuello de botella hacen falta, seguramente, muchas cosas, pero quizá lo que se podría hacer de inmediato es crear una Consejería para la Crisis, dotada con amplios poderes de coordinación y ejecución. Debería estar adscrita a la Presidencia, con presencia en el consejo de ministros y en el Conpes. Y, dada la imposibilidad de dotarla de inmediato con el equipo técnico que requiere, el DNP podría ser su secretaria técnica. Y como exige también las mejores calificaciones personales, una persona con el perfil de Luis Carlos Villegas debería liderar dicho esfuerzo. No nos olvidemos de que la necesidad de ejecutar la inversión es crítica en estos momentos. Y que ya pasaron tres meses de 2009.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar