Notas de buhardilla

Paro cardiaco

Ramiro Bejarano Guzmán
29 de octubre de 2017 - 02:00 a. m.

El paro de Avianca suscita antipatías, pero el tema no puede verse bajo la óptica de que solo los pilotos se han equivocado, como con emotividad el ciudadano suele entenderlo.

A los pilotos los han triturado mediáticamente mostrándolos como ambiciosos que reclaman beneficios exagerados. Avianca es una de las empresas que más pauta en los medios, mientras que los pilotos no, y eso está pesando en información. Lo cierto es que a pesar de lo difundido los pilotos no han exigido cosas que resulten inalcanzables, porque, por ejemplo, en lo que tiene que ver con sus horarios de trabajo, tienen derecho a que no se les obligue a permanecer disponibles para volar las 24 horas de todos los días, porque eso no les permite descansar.

Si bien algunos expertos en estos temas alegan que los pilotos se precipitaron en irse a la huelga, también hacen responsable a Avianca de contribuir a escalar este enfrentamiento, porque la empresa lleva ya cinco años desmantelando el sindicato. En efecto, muchos pilotos han preferido retirarse del sindicato y ampararse en los pactos colectivos que la compañía ha venido propiciando con el claro propósito de ir debilitando la organización sindical, procedimiento con el que nadie que tenga respeto por los derechos de los trabajadores puede estar de acuerdo. Avianca ha conseguido que declaren la ilegalidad de la huelga con el argumento de que no fue votada por todos los pilotos, lo que se vuelve un círculo vicioso, pues el paro no lo podía votar la mayoría porque a ese sindicato que lo decretó ya no pertenecen muchos pilotos gracias a las maniobras de la aerolínea.

Además Avianca sacó adelante su alegato de que presta un servicio público esencial en el que no puede haber paros, lo que es una rareza conceptual porque en los demás países no es así. El problema consiste en que aquí Avianca es un monopolio, y en esas condiciones pues es obvio que, si ella es la única que presta ese servicio, su parálisis se convierta en tragedia. Esa interpretación judicial de considerar servicio público esencial generará nefastas consecuencias internacionales para el país en la OIT y la OCDE y el Gobierno lo sabe.

Y es aquí donde hay que hacer historia y pensar en el futuro. A Emilio José Archila, entonces prudente y competente superintendente de Industria y Comercio, alejado del oropel mediático y farandulero, lo descabezaron cuando se opuso a la fusión de Avianca con Aces, porque avizoró que ello terminaría en un monopolio. El tiempo le ha dado la razón, porque si bien hay otras aerolíneas cubriendo algunas rutas nacionales y extranjeras, ninguna cuenta con la cobertura de Avianca. A propósito, por estos días comprar tiquetes en otras empresas es una aventura costosísima y no hay ninguna autoridad que controle y sancione los abusos a los que estamos sometidos los consumidores.

Aunque se oyen comentarios favorables de Germán Efromovich, el todopoderoso brasilero accionista mayoritario de Avianca, parece haber perdido la calma en esta emergencia y estar hoy preso de su soberbia. Si lo que está en juego es si este paro es ilegal porque se trata de un servicio público esencial, hay que preguntarse si conviene que toda esa gigantesca operación aérea esté en manos de la voluntad de una sola persona que, además, un buen día podría decidir dejar todo botado aquí y regresar a su país. Por supuesto que no y menos en una democracia.

Este paro le quedó grande al Gobierno, más ahora que por vía de tutela el Tribunal Administrativo le prohibió a Avianca contratar aviadores extranjeros mientras persista la huelga. Son señales de que alguien en el Gobierno tiene que ir pensando en que la suerte aérea de una nación no puede ser definida por una sola voz.

Adenda No 1. Zuluaga candidato del Centro Democrático por falta de pruebas, al estilo O.J. Simpson. ¡Qué cinismo! . Si el CNE hubiera preguntado en la Fiscalía, otro sería el cantar.

Adenda No 2. “Procuraduría revisará fallos en los que intervino la esposa de Bustos”, dice la prensa. Y ¿cuándo revisarán los del troglodita Alejandro Ordóñez y los de sus esbirros fascistas?

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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