Parqueos

J. William Pearl
18 de abril de 2017 - 02:00 a. m.

El aumento de tarifas que se verá en los parqueaderos de Bogotá por parte de la Alcaldía de Enrique Peñalosa es una clara muestra de que el alcalde está tomando medidas sin aportar soluciones. La lucha contra los vehículos está encaminada a su uso, no a aportar soluciones a esta opción de transporte. ¿Logrará el alcalde hacer que los ciudadanos se bajen del carro sin tener unas soluciones mejores, más baratas, más cómodas, eficientes y sobre todo menos contaminantes?

El sistema Transmilenio, dijo el alcalde, tiene que  mejorar  en: “seguridad, hacer cambios en las troncales, tener más rutas los fines de semana, organizar mejor el flujo de usuarios, tener recargas de las tarjetas por medio de internet, brindar mejores espacios y hacer cambios en algunas rutas”. Todo eso está muy bien, pero es necesario construir más troncales ya que las actuales que no alcanzan a suplir suficientemente la demanda.

El enfoque del alcalde sobre el vehículo particular está mal orientado, pues se centra en la congestión y nada ha dicho de la contaminación, que en el largo plazo será el principal asunto que debería preocuparle; tanto los vehículos como las motocicletas que en su gran mayoría tienen motores de dos tiempos contaminan el aire que respiramos y aumentan sin control.

Es injusto para la gran mayoría de bogotanos que para circular sin Pico y Placa se pueda  pagar cuatro millones de pesos anualmente, además es incoherente con buscar bajar a  las personas del vehículo. Ni hablar de parquear en las calles, pues en muchas está prohibido, (este argumento ya lo había escrito) no como en las grandes ciudades como Washington D.C., París y Londres, donde se puede parquear libremente en las calles a ciertas horas. Nunca he logrado tampoco entender la razón de hacer puentes en diferentes vías, en lugar de enfocarse en una sola vía y así lograr que el tráfico fluya, es tan lógico que se cae de su peso. Comprar un automóvil es cada vez más barato en estos días, así a Peñalosa no le guste es una realidad. En lugar de enfrentar el problema de la congestión propone soluciones sin tener listas las otras opciones.

La idea que se tiene es que a Peñalosa lo quiere tumbar Petro, pero el actual alcalde tiene que pensar que no solamente  puede poner en su contra a los dueños de vehículos, a los concesionarios, empleados de talleres y otros, quienes también tienen familias y dependen de los vehículos. Usar el transporte público, el cual cada día está más congestionado, resulta difícil. Puede ver su mandato revocado, más que todo por su terquedad.

 

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