Pasando hambre

Iván Mejía Álvarez
25 de julio de 2017 - 03:28 a. m.

A las primeras campanadas de alerta sobre el rendimiento del América, el dueño del equipo, Tulio Gómez, salió a defender la tarea de Hernán Torres. Está en su derecho. Al presidente americano le gusta lo que hace Torres, pero a muchos aficionados rojos y a muchos periodistas les parece que Torres está pasando hambre cuando tiene la nevera llena.

Equidad jugó bien. Ordenado, serio, metódico. Planteó un partido y lo llevó por el derrotero trazado con inteligencia y rigor táctico. Bien pudo llevarse la victoria, puso a sufrir a la endeble retaguardia americana, hizo ver mal, muy mal, a algunos de los integrantes de la zaga, porque Ivan Vélez y Efraín Cortés volvieron a demostrar que no son jugadores para la primera división y que viven de recuerdos.

Mientras Suárez tenía un camino, Hernán Torres se equivocó nuevamente, como en Barranquilla desde la elección de los jugadores hasta el planteamiento, pasando por sus ya tradicionales cambios. En Barranquilla optó por Vásquez y Arboleda como volantes de marca. Vásquez tiene un nivel ínfimo, destruye pero no entrega bien la pelota, y Arboleda es un buen jugador, que pasa por un magnifico momento, pero no recupera, no quita, por lo que el mediocampo rojo es territorio de todos. En Barranquilla ese pésimo planteo de Torres dio lugar a que se comieran tremendo baile de los volantes y delanteros junioristas. Ante Equidad volvió a quedar en evidencia la falta de equilibrio. Torres pretende que un disminuido Lizarazo y un errático Bottinelli le ayuden a cerrar los cuatro volantes y eso no pasa.

Los dos volantes de enlace juegan distanciados 40 metros y nunca se conectan. Y arriba el chico Holmes García intenta, pero es más lo que se equivoca que lo que produce, mientras que Queso Fernández necesita quien lo surta de pelotas, porque lo que sabe hacer es rematar y es de esos delanteros que interrumpen el circuito.

Tulio Gómez le llenó la nevera a Torres, pero este parece decidido a pasar hambre . El tema se reduce a que América no recupera bien y tampoco construye. Es decir, en sus últimos dos partidos ha jugado mal.

Torres, como casi todos los técnicos, es obstinado, se pone bravo cuando le critican sus planteos, se siente perseguido y se cierra a la banda. Así que le tocará al dueño, con todo el afecto que ha demostrado que le tiene, decirle que está equivocado y que debe cambiar. Tulio: defiéndalo, pero no se entierre con él.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar