Personaje tóxico

Cuando un funcionario busca convertirse en protagonista mediático para hacer conocer sus propósitos y logros, con seguridad que llega a la categoría de “personaje” más por cuenta de los medios de comunicación que lo ensalzan o lo agobian con exageración, según el interés político o económico, que por sus aciertos reales. Son poquísimos los funcionarios que consiguen el interés de la gran prensa para ofrecer periodismo diferente y de calidad por sus acciones efectivas y de beneficio común. Uno de los pocos que lograron esto último, en mi humilde opinión, fue el anterior superintendente de Industria y Comercio, el doctor Pablo Felipe Robledo, que bien merecía quedarse.

Por eso resulta chocante la cantidad de declaraciones estruendosas que hace el actual fiscal de la nación, doctor Néstor Humberto Martínez (NHM), además de contradictorias. Unas veces funge de defensor del proceso de paz, la mayoría está haciéndolo como átomos volando con su aparente valentía. Es un personaje que desestabiliza a la opinión pública y parecería que su mayor interés es mantenerse vigente en los grandes diarios y en las cadenas de televisión gobiernistas, que en ofrecerle al país aportes auténticos para que aquellos procesos relativos a la vida común del colombiano marchen hacia adelante, así sea un poco lento, pero que avancen. Con el doctor NHM todo parecería que viene en retroceso.

El doctor NHM es un personaje al que podría calificarse de tóxico; se parece a otro personaje de la vida política colombiana, requetebién conocido, que no logra saciar sus ansias de poder, que ya lo tiene de manera desmesurada, y todo lo que les permita al uno y al otro convertirse en abanderados del estrangulamiento del proceso de paz que nos dejó el gobierno de Santos, así se frunzan y refunfuñen, para volver trizas todo, según otro tristemente célebre personaje de quien se ha tomado esa amarga y fatídica frase y que sus seguidores del Centro Democrático no han escatimado esfuerzos para acabar de troncharlo.

Flaco favor le está haciendo a la nación NHM atravesándose en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y bien caro le cobrará la historia por su nefasto desempeño cuando podría ser en este momento un estandarte de las condiciones favorables y positivas que ayuden a construir un país. Por eso, cada salida mediática del fiscal produce miedo porque se sabe que cada vez deja la pildorita venenosa.

Ana María Córdoba Barahona, Pasto

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