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Política y justicia

Ernesto Macías Tovar
17 de septiembre de 2013 - 11:00 p. m.

El presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo, aliado accidental del Gobierno, dijo en Caracol radio que ‘los abogados de Uribe tendrán que establecer si al lanzarse como senador pierde su inmunidad como expresidente’. ¿Presión a la Justicia?

Parafraseando al presidente Juan Manuel Santos: nunca en la historia de Colombia se había evidenciado tanta influencia del Gobierno y su coalición de amigos congresistas de la llamada “unidad nacional”, con un sector de las altas Cortes. Es decir, desde el ejecutivo con el apoyo del legislativo se ejerce presión sobre el poder judicial con el propósito de conseguir réditos políticos. 

Un ejemplo de lo anterior fue el contubernio que se denunció, pero nunca se investigó, en el trámite de la fallida reforma a la justicia, según el cual se habrían canjeado beneficios para los magistrados de las altas Cortes, como prórrogas de períodos y pensiones especiales, entre otros, a cambio de favores políticos.

A su vez, desde la otra orilla, hay políticos dedicados a suplantar organismos de apoyo a la justicia con el fin de conseguir objetivos no muy claros. Es el caso del hijo de Manuel Cepeda, quien arropado bajo el manto de su credencial de congresista visita las cárceles con el fin de grabar versiones de criminales, especialmente, vinculados al paramilitarismo y el narcotráfico, en contra del expresidente Álvaro Uribe.

Es curioso, por no decir que sospechoso, que muchas decisiones judiciales en contra de integrantes de un sector político –Uribismo- del país, coincidan con hechos políticos de ese sector. Muy rara y rodeada de misteriosos rumores fue la compulsa de copias a la Comisión de Acusación, de aquella Sala dual de magistrados de Medellín, encabezada por Pinilla Cogollo, en contra del expresidente Uribe, precisamente en vísperas del anuncio sobre su participación en listas del Centro Democrático.

A Luis Alfredo Ramos, por unos hechos ocurridos hace nueve años y un proceso que dormía el sueño de los justos durante más de cuatro años, y sin que se le hubiese escuchado en versión libre, apareció una súbita orden de captura para indagarlo días después de su anuncio como precandidato presidencial del Centro Democrático. No es del caso discutir el fondo del asunto sino la forma y el momento en que se pronuncia la justicia en contra del político antioqueño. 

De tal manera que la insinuación del presidente del Congreso es un mensaje subliminal a la justicia, con el propósito de crear una situación en contra del expresidente Uribe; por lo menos deja un sabor amargo Y si a lo anterior le sumamos las declaraciones del nuevo ministro del Interior –hijo del senador Iragorri- atacando la candidatura al Senado de Uribe, todo esto se puede tomar como una prueba clara y advertencia a quienes ejercen la oposición que no tienen garantías en el proceso electoral que se inicia. 

Esa mezcla de política y justicia no solamente es perjudicial para la democracia sino peligrosa para quienes están en la oposición. Y, en este caso, se traduce en que quieren atajar a Uribe, y a quienes lo rodean, así sea a punta de decisiones de un sector de la justicia alimentado por la alianza denominada “unidad nacional”.   

@emaciastovar  

 

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