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Polo: IV Congreso

Luis I. Sandoval M.
12 de mayo de 2015 - 04:05 a. m.

Se llama Polo Democrático porque era el nombre necesario en 2002 para el movimiento que soportara la candidatura de Luis Eduardo Garzón cuando ascendía meteóricamente la de Álvaro Uribe Vélez que, a todas luces, representaba un polo autoritario.

Antecedentes de este proyecto son el Frente Amplio (1998), el Frente Social y Político (1999) y la cita del árbol en el Salón Esmeralda del Hotel Tequendama el 4 de diciembre de 2000 (los participantes recibimos como gesto simbólico de unidad un pequeño árbol que había que sembrar y cuidar).

Después de distintas aproximaciones con sectores de izquierda y personas independientes - Daniel García Peña, Carlos Gaviria Díaz, Parmenio Cuéllar, María Emma Mejía… - y mediando el alentador triunfo de Lucho Garzón en Bogotá (2003), muy en sintonía con triunfos consecutivos de la izquierda en el continente, se constituye el Polo Democrático Alternativo PDA el 6 de diciembre de 2005.

Participé intensamente en el proceso y posteriormente, enero de 2009, publiqué el libro Polo Democrático Alternativo: ¿Con quiénes, hacia dónde? que recoge la experiencia de los primeros años de vida de este ambicioso proyecto político y esboza los eventuales desarrollos que podrían llevarlo a consolidarse o a debilitarse.

Hoy el Polo está ad portas de su IV Congreso. De 766 delegados/as elegidos el 19 de abril pasado, corresponden, en cálculos aproximados, 45% al ala robledista y 55% al ala clarista, en referencia respectivamente al Senador Jorge Robledo y la Excandidata Presidencial Clara López. Prensa de las últimas semanas ha informado con cierta amplitud acerca de las tensiones existentes entre las dos alas políticas que levantan orientaciones y aspiraciones notablemente diferenciadas.

Jorge Robledo no concede un carácter central al proceso de paz, para él ese carácter lo tiene la lucha contra el modelo neoliberal que considera impulsan por igual Santos y Uribe. De ello deriva que la actuación del Polo debe distanciarse de santismo y uribismo y proyectar una candidatura presidencial con su nombre para el 2018 que exprese el sentir de todos los sectores y clases, incluidos los empresarios nacionalistas que sufren el modelo y están contra él. El Senador llamó a la abstención en la segunda vuelta presidencial de 2014.

Clara López, por el contrario, considera central el proceso de paz, advierte como peligrosa para el proceso la postura de Uribe y, en consecuencia, propicia un desempeño político del Polo, incluida su candidatura a la Alcaldía de Bogotá para las elecciones del 25 de octubre próximo, que defienda el proceso de paz que lidera el Presidente Santos. Clara, más que Robledo, está abierta a formas de coalición con otros sectores independientes, progresistas y de izquierda. Ella llamó a votar por Santos el 15 de junio de 2014.

Esta nítida diferenciación puede irse en el Congreso hacia la polarización o, al contrario, encontrar una forma de entendimiento que preserve la unidad sin encerrarse. Fuerzas intermedias encabezadas por los destacados senadores Iván Cepeda, Alexander López y Alberto Castilla, y otras fuerzas como la sorpresiva de Rigoberto Niño, serán claves al momento de las decisiones polistas.

Este Congreso no revisa Estatutos, ni modifica el Ideario de Unidad, toma decisiones sobre orientación política en la coyuntura de la paz y de relevo en la Alcaldía Mayor de Bogotá. Elegirá también nuevas autoridades partidarias. Como se ha visto en otros partidos, existe el riesgo de que se imponga el pragmatismo en detrimento del nervio intelectual y, consiguientemente, del nervio moral.

Fuere cual fuere el giro que tome el Polo, ello repercutirá no solo en el campo alternativo sino en la reconfiguración política general. El certamen polista interesa a todo el país.

 

@luisisandoval  

 

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