Por el camino correcto

Indalecio Dangond B.
02 de marzo de 2020 - 05:00 a. m.

Recién posesionada la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, tuve la oportunidad de conversar con ella sobre la problemática de las vías de comunicación y sus retos en los cuatro años del gobierno Duque.

Cuando me mostró la Instagram de la cantidad de problemas que enfrentaba la infraestructura de transporte —heredada del anterior gobierno—, supuse que su gestión iba a estar concentrada en concluir las obras paralizadas por los escándalos de corrupción de Odebrecht, por las demandas y pleitos en curso con concesiones y por falta de recursos de financiación.

El listado era grueso y grande. Puente Pumarejo, la doble calzada de la Ruta del Sol y demás proyectos de 4G, navegabilidad del río Magdalena, túnel de La Línea, vía Puerto Gaitán (Meta)-La Primavera (Vichada), línea férrea Buenaventura-Calarcá, vías terciarias y la terminación de las obras de varios aeropuertos regionales. Y, por supuesto, arreglar el chicharrón de la chatarrización de los vehículos de carga.

Haciendo un balance de su gestión, 18 meses después, la ministra Ángela Orozco, tiene el récord (entre exministros de Transporte) de ejecución e inauguración de obras de inversión en tan corto tiempo en su sector. Los que viajamos por carretera a finales de año desde Bogotá a la costa Caribe pudimos constatar varios de estos avances en la Ruta del Sol. Lo mismo podrán decir este año los que viajen desde Bogotá a Cali, cuando vean terminado el proyecto del Cruce de la Cordillera Central, que comprende la terminación de 31 viaductos, 30 km de segunda calzada y 25 túneles, entre ellos el principal de 8,6 km.

Igualmente, logró en tiempo récord poner en servicio los 10,5 km de doble calzada en el tramo Chirajara-Fundadores, en el corredor que une a Bogotá con Villavicencio, y continuar con la intervención de 2.329 km de vías, 92 puentes, 43 túneles, nueve obras fluviales, cinco canales de acceso y 35 estudios, que pude constatar en los informes de gestión de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Además, arregló el problema de la chatarrización de camiones y puso en cintura a Uber, por estar prestando servicio público de transporte en vehículos privados, practica prohibida por la ley.

Todas estas victorias tempranas se vieron reflejadas en el crecimiento del PIB, particularmente en el rubro “Construcción de carreteras y obras de ingeniería civil”. Según las estadísticas de DANE, en el tercer trimestre de 2018, este indicador se encontraba en -1,5% y cambió su tendencia negativa durante todo el 2019 hacia el 13%. Lo anterior desnuda no solamente la dinámica positiva del sector, sino que, a su vez, reafirma que la inversión en infraestructura es uno de los factores principales del crecimiento económico del país.

Si la ministra Ángela Orozco logra en los 30 meses restantes del gobierno Duque adjudicar las obras de navegabilidad del río Magdalena (que ya está en curso), construir el terraplén entre Carimagua (Meta) y Santa Rosalía (Vichada), ejecutar el plan de vías tercerías y poner en marcha los 498 km de la línea férrea del Pacífico, pondrá a Colombia a jugar en las grandes ligas del comercio internacional.

Sin duda alguna, la ministra de Transporte va por el camino correcto.

 

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