El país de las maravillas

Por motivos personales

Mario Morales
26 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.

Si fuera por los motivos personales, este país no avanzaría. O quizás sea por ellos. Sin más pretextos a la mano y ante la contundencia de los hechos, funcionarios de todo nivel optan por explicar, es decir, evitan hacerlo, acudiendo a razones particulares con un cinismo que exacerba hasta por falta de creatividad.

A la excusa sin piso de motivos personales, en que parecen instruidos desde la cuna quienes aspiran a cargos públicos, ha acudido sin rubor el candidato a vicefiscal Juan Francisco Espinosa, aunque en mentideros políticos se rumoraba de presuntas inhabilidades.

También lo hizo el excomandante del Ejército Nicacio Martínez, según anuncio del presidente el mismo Día de los Inocentes, luego del escándalo por presunta exigencia de duplicación de metas en bajas y capturas para la tropa.

Vicente Torrijos tuvo que resignar a dirigir el Centro Nacional de Memoria Histórica, por motivaciones personales y académicas. También debió irse el presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos en medio del culebrón que mezclaba disparidades con su jefe, así como presuntos casos de clientelismo, corrupción e infidelidad. Se fue de la embajada en Washington Francisco Santos, dizque para poder opinar libremente. El diplomático había sido protagonista de una explosiva grabación en la que se iba lanza en ristre contra funcionarios e instituciones de Estados Unidos y Colombia.

Al mismo argumento acaba de recurrir intempestivamente la directora del ICBF, Juliana Pungiluppi. Lo vienen utilizando con derivaciones de urgencias médicas algunos de quienes tienen pendientes con la justicia, como Diego Cadena, abogado del senador Álvaro Uribe.

Los motivos personales, escenificados en su finca arrendada, donde se encontró un laboratorio de coca, tienen en jaque al embajador en Uruguay, Fernando Sanclemente.

En fin… La disculpita, finta o dribbiling para eludir responsabilidades parece que funciona, a juzgar por el olvido temprano de esos escándalos. Funciona, claro, no para los pobres mortales del común, sino para quienes están en el sector público, otro de sus privilegios.

@marioemorales y www.mariomorales.info

 

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