¿Por qué elegir al mejor?

Elisabeth Ungar Bleier
24 de mayo de 2018 - 03:00 a. m.

El voto en una democracia debe ser libre y secreto. Por esto no debería estar determinado por las encuestas, las falsas verdades o la fantasiosa publicidad electoral. Sin embargo, estas inciden cada vez más en la decisión de los electores. Los ciudadanos deben ser conscientes de esto y votar de manera informada, autónoma, libre y sin manipulaciones.

La decisión de los votantes tampoco debe depender de lo que decimos o escribimos en los medios de comunicación los llamados formadores de opinión. Estas palabras son eso, opiniones y nada más.

Porque el voto es secreto, nunca había dado a conocer mi preferencia antes de las elecciones. Si en esta ocasión lo hago no es para influir en los electores, lo cual sería pretencioso. Lo hago porque quiero rendirle homenaje a quien considero es el mejor candidato y la persona que por su trayectoria pública y por sus propuestas tiene las mejores condiciones para ser presidente de la República: Humberto de la Calle.

Entre otros cargos, De la Calle fue registrador nacional del Estado Civil, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, ministro de Gobierno y del Interior. Representó al Gobierno ante la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, en la que desempeñó un papel fundamental promoviendo muchas de las propuestas acordes con su espíritu y convicciones de demócrata integral, defensor de los derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos, que quedaron plasmadas en la Constitución de 1991. Fue embajador ante la OEA, donde promovió la aprobación de la Carta Democrática Interamericana.

Fue vicepresidente de la República durante el gobierno de Ernesto Samper, cargo al que tuvo el valor y la honestidad de renunciar a causa del llamado Proceso 8.000. Este hecho merece ser resaltado en un país donde muy pocos funcionarios públicos, incluyendo algunos de los actuales candidatos a la Presidencia y sus mentores, conocen el verbo renunciar cuando a su alrededor suceden hechos de corrupción innegables.

Fue designado por el presidente Juan Manuel Santos como jefe del equipo negociador en el proceso de paz con las Farc, hasta la culminación y ratificación de los acuerdos de La Habana. Así a muchos les cueste reconocerlo, gracias a su liderazgo el país puso fin a 50 años de conflicto armado.

De la Calle ha sido un defensor de la institucionalidad. Paradójicamente, esto último ha sido quizás el mayor obstáculo que ha tenido que enfrentar su candidatura a la Presidencia. En contra de las opiniones de muchos de sus seguidores, optó por presentarse en nombre de su partido, el Liberal, y no hacerle el juego a la artimaña de las candidaturas por firmas.

Consecuente con su espíritu liberal ha sido una persona transparente, respetuosa de las diferencias, defensora de los derechos de los ciudadanos y en particular de las víctimas del conflicto. Un convencido de que es posible construir una sociedad más justa y equitativa, en la que la reconciliación no sea un discurso sino una realidad. Basta revisar su trayectoria para comprobarlo.

Por todo esto y mucho más, creo firmemente que De la Calle es el mejor candidato. Y por eso mi voto será por él. Ojalá muchos colombianos piensen igual y voten con convicción.

 

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