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¿Por qué temen llamar a las personas por su nombre?

Elisabeth Ungar Bleier
28 de enero de 2021 - 03:00 a. m.

Algunos gobernantes han adoptado la costumbre de referirse a sus opositores o a quienes disienten de sus opiniones sin mencionar su nombre. El presidente Duque y algunos de sus funcionarios lo vienen haciendo, quizá para evidenciar su desprecio hacia esas personas o para restarles los méritos que no se atreven a reconocer. Por ejemplo, cuando se inauguró uno de los tramos del túnel de La Línea, el pasado 4 de septiembre de 2020, el presidente mencionó en su discurso a varios de sus predecesores que en sus respectivos gobiernos adelantaron obras en esa vía, pero pasó por alto el nombre del expresidente Juan Manuel Santos, en cuyo gobierno se hicieron inversiones millonarias para avanzar en su construcción.

Más recientemente, en su discurso durante el acto de posesión de Margarita Cabello como nueva procuradora general de la Nación, Duque evidentemente le hablaba al procurador saliente, Fernando Carrillo, con palabras desobligantes. Por ejemplo, dijo: “Hay que buscar siempre la excelencia, hacer siempre el escrutinio necesario y el llamado obligado dentro de las competencias, pero no buscar aplausos ocasionales tratando de moverse cual veleta y no con el camino recto y uniforme de cumplir con la Constitución y la ley”. ¿Por qué no se atrevió a decírselo de frente o cuando aún no había dejado su cargo? Y más recientemente, en una entrevista en televisión, se refirió al expresidente Santos como el presidente anterior.

Algo similar ocurrió en una entrevista radial al comisionado de Paz, Miguel Ceballos, quien como reacción a unas opiniones expresadas por su antecesor, Sergio Jaramillo, sobre la actual situación del país y temas como la violencia, el narcotráfico y el proceso de paz, entre otros, se limitó a referirse a “ese señor”. Además justificó su rechazo a las críticas con el argumento de que Jaramillo se encontraba en el exterior y no en Colombia, como si esto fuera un impedimento para que un ciudadano exprese sus puntos de vista.

Seguramente no por coincidencia, el expresidente Donald Trump, en su último discurso, se refirió a la administración entrante, pero sin mencionar el nombre del presidente Biden.

¿Qué tienen en común estas personas? Un talante que les impide reconocer los logros de sus adversarios, a quienes piensan diferente, a quienes se atreven a criticarlos y a quienes pueden poner en evidencia sus propias debilidades y desaciertos.

O quizá tienen lo que Jerry Useem analizó en un artículo titulado “El poder causa daño cerebral”, publicado en The Atlantic. En él estudia cómo algunos líderes pierden capacidades mentales que en su momento fueron esenciales para llegar al poder, en especial la de leer a otras personas. Recordemos que en su discurso de posesión el presidente Duque enarboló la bandera de la unidad y dijo que buscaría acabar con la polarización. Hoy el país sigue profundamente dividido y polarizado, y el presidente no les habla a quienes no piensan como él, no les habla a millones de colombianos que defienden el Acuerdo de Paz y no muestra empatía, que en términos coloquiales significa “ponerse en los zapatos de los otros”, de los que no tienen voz, pero sí tienen nombre.

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UJUD(9371)29 de enero de 2021 - 02:16 a. m.
Ilegítimos, insensibles, ineptos e infantiles....
Duncan Darn(84992)29 de enero de 2021 - 12:30 a. m.
A veces, liebe Frau Ungar, es mejor así. Recuerde que cuando el uribismo menciona por su nombre a alguien incómodo, aparece frecuentemente succionando gladiolo.
Alberto(3788)28 de enero de 2021 - 09:23 p. m.
Magnífica. Son almas chiquitas, individuos de muy mala condición, menos que mediocres, resentidos, casi todos con el Síndrome de Hubris. Lo grave es el terrible daño que le siguen haciendo a todo un país.
Pablo(88449)28 de enero de 2021 - 09:05 p. m.
Sencillamente porque toda esa recua de integrantes de este desgobierno son unos salvajes soberbios, fantoches, fachendosos, títeres, monigotes como es el Talivan Duquribe igual de rapaz, granuja como su papá Uribellaco. Y que me dice del segundo mejor empleado del país , el primer empleado mejor preparado el baboso Barbosa. ¡¡¡¡ DEJELOS QUIETOS !!!
humberto jaramillo(12832)28 de enero de 2021 - 08:57 p. m.
hay dos palabras que dependen lo que se quiera resaltar: GRANDEZA O MEZQUINDAD
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