¿Por quién votar para el Concejo de Bogotá?

Óscar Sevillano
24 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.

Tan importante para los colombianos es saber por quién votar para alcalde o gobernador, como lo es también elegir a las personas que van a integrar los concejos y las asambleas departamentales.

Es por esto que era necesario que los medios de comunicación y la opinión pública en general buscaran la manera de dar a conocer los nombres de quienes aspiran a ejercer el control político a los alcaldes y gobernadores. Puede ser que en ciudades y municipios fácilmente se sepa o se identifique a las personas que se han candidatizado, pero en una ciudad como Bogotá, que elige a 45 concejales, si acaso la ciudadanía alcanza a identificar a 10, porque el resto o la mayoría de estos no llegan a esta corporación por mérito, sino porque se han hecho a una clientela electoral en la capital del país, producto de las malas prácticas en la política.

En Bogotá también se vive la política del aguardiente, la lechona, los puestos y las tejas. Eso de que el voto de los bogotanos es un voto independiente y limpio no es sino un mito. Puede que lo sea en el momento de elegir presidente de la República o alcalde de Bogotá, pero la forma de escoger a las personas que integrarán el Concejo Distrital y las juntas administradoras locales (JAL) es exactamente la misma que tanto se les ha criticado a departamentos como el Atlántico, Córdoba o Sucre, donde los votos tienen un precio.

Es esto lo que hace que haya concejales y ediles que van a cumplir más de tres períodos en el cargo, sin que se sepa cuál ha sido su trabajo y cuál es el mérito que les ha permitido sostenerse allí. Personalmente, me encantaría conocer las razones por las que concejales como Roger Carrillo o Venus Albeiro Silva merecerían seguir en el cargo. Dudo que sus votos sean de opinión.

Insisto, si los bogotanos no saben o no conocen ni siquiera la mitad de los nombres de quienes aspiran a integrar el Concejo Distrital, este seguirá dominado por personas que solapadamente han constituido una serie de empresas electorales en donde se encuentran redes integradas por ediles, senadores y representantes a la Cámara que se dedican a traficar votos.

Por lo anterior es tan importante que esa independencia para elegir alcalde o presidente se traslade al Concejo y las JAL, para que así lleguen personas que no tengan ataduras clientelares y se dediquen a trabajar por la ciudadanía y a ejercer un verdadero control político a la administración distrital.

Todos los partidos tienen en sus listas a personas que no quieren llegar a seguir ejecutando las prácticas malsanas que tanto se le han criticado a la política en nuestro país, pero que, por no tener grandes capitales económicos para llenar la ciudad de volantes ni pagar sumas astronómicas en publicidad, no son ni siquiera medianamente conocidos.

Son estas personas a las que valdría la pena darles la oportunidad para que lleguen al Concejo de Bogotá, expulsando a quienes han hecho del cabildo distrital toda una empresa electoral en la capital del país.

Algunas de estas son Ángelo Gravier (Partido Liberal), Josías Fiesco (Centro Democrático), Patricia Rincón (Alianza Verde), Natalia Moreno (Polo Democrático), Jonathán Rincón (MIRA), Juan David Quintero (Partido Liberal), Javier Ospina (Centro Democrático), etc. Todos estos nombres corresponden a personas con las que, en ejercicio del periodismo, he tenido la oportunidad de dialogar, constatando que no todo el que integra una lista política lo hace pensando en alimentar el bolsillo con recursos públicos, sino que tienen un motivo para trabajar por una causa ciudadana y que vale la pena apoyarla.

@sevillanoscar

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