El jueves pasado, invitado por Compensar para celebrar sus 30 años, dictó en Bogotá una conferencia sobre liderazgo un personaje muy interesante.
Se trata de Benjamin Zander, director de la Orquesta Filarmónica de Boston, autor de un libro traducido a 15 idiomas —El arte de las posibilidades— y principal expositor en el World Economic Forum, que reunirá el mes entrante en Davos (Suiza) a los dirigentes políticos y empresariales más importantes del planeta.
Este músico inglés, cuya pasión es la enseñanza (ha sido maestro durante 42 años), dejó valiosos mensajes, algunos de los cuales resumo a continuación con el ánimo de estimular el pensamiento constructivo.
•En una situación de crisis se presentan dos caminos. El primero es el de las “espirales descendentes”. En esa opción aparecen todos los obstáculos, las quejas, los chivos expiatorios, la parálisis por temor y la rabia o la resignación. El segundo camino es el que abre las puertas al “mundo de las posibles soluciones”. Ahí se encuentran las ideas creativas, los diálogos colaborativos, el estudio sereno y profundo de las amenazas y sobre todo de las oportunidades.
•La escogencia de camino depende de cada quien. La ruta de las posibilidades está siempre muy cerca. Pero en la práctica no es fácil tomarla sin excepción, porque hay una voz interior que a diario nos dice que los problemas no se pueden resolver, que hay que desconfiar de los demás, que de nada sirve la buena voluntad ante desafíos mayúsculos. Acallar esa voz es la clave para poder comenzar a explorar el universo de las posibilidades.
•Únicamente vemos aquello para lo cual tenemos una categoría. Por lo tanto el propósito de la educación debe ser el de abrir nuevas categorías, para de esta manera abrir puertas a regiones del intelecto desconocidas —en donde se puedan encontrar las respuestas que buscamos.
•La vida no debe tomarse como un juego en el que se gana o se pierde, sino como la oportunidad de contribuir a mejorar el estado de las cosas.
Para concluir, una bella y sabia reflexión del gran filósofo danés Soren Kierkegaard: “Si pudieran concederme un deseo, no pediría riqueza ni poder, sino el sentido del apasionamiento hacia lo que puede llegar a ser, por el ojo que, siempre joven y ardiente, ve lo posible. ¿Qué vino es más aromático, más incitante, más embriagador que la excitante posibilidad?”.