Carta de hincha del Real Madrid

Premio a la soberbia

Columnista invitado EE
02 de noviembre de 2018 - 01:14 a. m.

Por Jorge Eduardo Palacio Jurado
@coquepj

Lo que sucede hoy en el Real Madrid no es más que el fruto de la cosecha sembrada por el dueño de un sentimiento, que entre otros, debería ser arrancado del corazón de cualquiera que pretenda hacer lo correcto, la soberbia.

Florentino Pérez es tal vez el presidente deportivo más importante de la historia, no solo de este club, sino de todos los entes deportivos, ganador como ninguno, un genio de los negocios y las finanzas, pero que se dejó desbordar por sus imparable orgullo. 

Reemplazar al mejor jugador de su historia y al técnico más ganador de la Champions League, junto a Ancelotti, no era simplemente pintar la fachada de su sede en Valdebebas y convertir a un grupo de campeones acompañantes en líderes que nunca supieron empuñar sus armas. 

Hoy esos mismos jugadores parecen lentos espectros, despojados de talento y ambición. La vergüenza se apoderó de la Casa Blanca y los platos rotos los pagó un precoz Lopetegui, que se dejó seducir por la chica más guapa pero también la más promiscua del baile; esa que no tiene corazón para escoger ni para abandonar. 

Eso si, 18 millones de euros van a su cuenta que seguramente le alcanzarán para curar sus heridas mientras se recupera y escoge otra dama, no tan bella, pero si más sincera que sepa cuidar de su armadura.

Igual, que más da, su orgullo quedó inolvidablemente mancillado y una mala decisión hoy rompe de raíz lo largo de sus alas.

El vestuario le dijo no a Conte y eso deja algo en claro, los jugadores han ganado tanto que quieren mandar y no, siempre no; los jugadores están para jugar, no para mandar, por muy Ramos, Marcelo o Kroos que te llames. 

Esto sumado a que el fichaje estrella es un tal Mariano, que con Zidane era un relleno más en los campos de entrenamiento.

 Que lejos están hoy los Mbappé, Hazard o Neymar. Basta de los Benzemá, Bale o Marianos, ha quedado claro que eran los violines en una sinfónica que tenía su joya más preciada en Cristiano y un director fantástico en Zidane. 

El portugués hoy es uno de los máximos arietes en Italia, en un equipo líder y casi invencible en el ámbito local y favorito a ganar La Champions.

¡Ay Florentino!, la que armaste por no pagar 5 o 10 millones de dólares más al único que era capaz de romperle la cara al mundo entero defendiendo la camiseta que hoy vale menos, esa que se manchó por un club que despide a sus glorias por la puerta de las amantes, ese mismo club que empujó loma abajo a Casillas y Raúl, ese mismo club que hoy navega sin rumbo y sin un capitán que le permita seguir mirando de frente a la gloria que siempre abrazó.

 

 

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