Principios de la inmigración

Hernán González Rodríguez
06 de abril de 2018 - 03:10 a. m.

Me declaro como ignorante profundamente preocupado por el tema de la inmigración de los venezolanos a Colombia. Tras mucho indagar, hallé un oportuno documento titulado: “The Principles of Immigration”, firmado por Matthew Spalding, vicepresidente de American Studies en la Heritage Foundation.

Existen para el señor Spalding cinco principios que deberían ser la guía para la inmigración, la naturalización y la ciudadanía en los Estados Unidos. La naturalización es el proceso previo para adquirir la ciudadanía de otro país. A continuación, mi resumen.

Primero. Consentimiento del Gobierno. Los Estados Unidos, como nación soberana, tienen la obligación y la responsabilidad de definir los procesos y condiciones que terminan con el otorgamiento de su ciudadanía. Los extranjeros no tienen derecho a ser ciudadanos estadounidenses sin contar con el consentimiento expreso de las leyes de los EE.UU. El Congreso tiene la responsabilidad constitucional de establecer las leyes para la naturalización.

Segundo. Seguridad nacional. Las leyes tanto internacionales como nacionales les reconocen a los países el derecho de asegurar su fronteras y puertos de entrada para controlar los bienes y las personas que ingresan a sus territorios.  Los EE.UU. ha sido generosos en ejercer estos controles.  Pero tras los acontecimientos terroristas del 11 de septiembre de 2001, esta amenaza se les tornó especialmente seria.

Tercero. El imperio de la ley. La inmigración no puede ser una excepción para que el cumplimiento de la ley sea justo, firme y equitativo, tanto para los inmigrantes como para los habitantes.  “Las amnistías resultan ser apropiadas solo cuando las leyes en forma no intencional causan grandes injusticias o cuando casos particulares afectan el cumplimiento de mayores objetivos de la ley.  Quienes quebranten las leyes de inmigración no pueden ser premiados con el estatus legal ni con otros beneficios, deben ser penalizados”.

Cuarto. Integración patriótica. Los Estados Unidos han recibido siempre a los inmigrantes que les llegan con honestidad, ética de trabajo y que aprecian sus libertades, en busca del “sueño americano”.  Esto, bajo el principio de los fundadores de su nación que implica que cualquier individuo, de cualquier raza, puede llegar a ser americano.

Este mismo principio exige que una política de inmigración segura incluya que se eduquen, hablen inglés y que asimilen sus principios políticos y su historia. “Podemos ser una nación de inmigrantes, sí, pero es más exacto afirmar que somos una nación donde los inmigrantes se americanizan y comparten los beneficios y las responsabilidades de los ciudadanos estadounidenses. La formación corre a cargo de las instituciones sociales y educativas de la sociedad civil. El gobierno federal tiene un rol significativo para alcanzar estos procesos cruciales”.

Quinto. Proporcionalidad de la inmigración.  Numerosos países ofrecen hoy políticas generosas de educación, salud, empleo… Las hordas de inmigrantes ancianos y sin capacitación laboral, en proporción con la población nativa, pueden llegar a imponer gastos que los Estados receptores no están en capacidad de cubrir. Comento, como bien pude sucedernos con la elevadísima inmigración de venezolanos a Colombia. Nuestros congresistas nunca se habían visto obligados a aprobar fondos para los inmigrantes, tal como nos acontece hoy.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar