¿Qué harían con dos vacas?

Mauricio Botero Caicedo
07 de abril de 2018 - 10:00 p. m.

Por las redes circulan unas divertidas viñetas que muestran lo que diferentes sistemas harían en caso de tener dos vacas. El autor de esta nota —en estos días de meditación— quisiera especular:

¿Qué haría Fajardo? Matemático que es, después de establecer que dos es un número primo mayor que uno y que tiene únicamente dos divisores: él mismo y el uno, afirmaría que las vacas son todo y nada, en diferentes momentos, pero al mismo tiempo, a veces y nunca, pero siempre. Cuando se le solicita que se explique, Fajardo jura que jamás afirmó lo anterior, sino todo lo contrario. Ofrece seguir tomando café con Humberto de la Calle.

¿Qué haría Petro? Averiguaría si la raza fue importada en el gobierno de Turbay Ayala para establecer si pudiera haber complicidad de las vacas, al igual que la de medio millón de empleados públicos, cuando supuestamente lo torturaron. Supuestamente porque Petro no distingue entre una pedrada y un balazo. No habiendo podido comprobar la complicidad de las vacas, Petro procede a multiplicar por diez el predial del terreno donde pastan los animales y afirma que bajo el socialismo, las vacas tienen la obligación de dar carne y leche al mismo tiempo. Acompañado de Hollman Morris y de Gustavo Bolívar, Petro acude al entierro de las vacas y le echa la culpa a Álvaro Uribe y al papá de Iván Duque.

¿Qué haría Maduro? El venezolano, como lo relata un video, se les acerca a las vacas y les pregunta: “Quiero que voceros, líderes y productores del campo sean próximos diputados y diputadas constituyentes. ¿Me van a acompañar? ¿Me van a apoyar en la constituyente?”. Al no contestar las vacas la oferta, Maduro le traspasa el ordeño al Ejército. La totalidad de la crema se la envía a Cuba y el suero que queda se lo manda a China en parte de pago de la deuda. Maduro, ante la poca producción de leche, decide cortarle tres ubres a cada vaca. Las dos reses pasan a mejor vida en pocos días y Maduro responsabiliza de la catástrofe bovina al imperialismo yanqui y a la “oligarquía colombiana”.

¿Qué haría el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC)? Afirmaría que sus derechos de la “madre vaca” le permiten tener diez vacas en vez de dos. La Corte Constitucional les da la razón y, al no cumplirles, los indígenas entran en paro indefinido, incendian la maquinaria de las fincas vecinas y bloquean la vía Panamericana. Ante el paro, el Gobierno les ofrece 20 vacas y, al no cumplirles, el CRIC exige 40 vacas. Pasan los meses y de bloqueo en bloqueo, de incendio en incendio y de promesa en promesa, el Gobierno les ofrece 600 vacas y los indígenas exigen 1.200. Los indígenas califican la oferta del Gobierno como un gesto de “mala leche”.

¿Qué harían las Farc y Santos? A las Farc se les entregan las dos vacas con el novedoso argumento de que sin leche no hay paz y las vacas las sitúan en una de las 14 Zonas de Reserva Láctea (ZRL) acordadas en La Habana. Endulzado por una avalancha de “mermelada”, el Congreso aprueba un Proyecto de Ley —presentado por Roy Barreras y Armando Benedetti— dándole al Gobierno indefinidas e indeterminadas facultades lácteas.

Todo parece indicar que sólo a Iván Duque y a Germán Vargas se les ocurriría vender una vaca para comprar un toro con la finalidad de que el hato se multiplique y la riqueza de la sociedad aumente.

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