Que le arrastre el ala

Buena parte de ciudades intermedias y de pequeñas poblaciones refundidas en el territorio nacional afrontan permanentes dificultades de conectividad aérea que le ponen freno al crecimiento de sus niveles socio-económicos, históricamente afectados por la carencia de otras alternativas apropiadas de transporte. La dificultad de conectar personas y mercados por falta de vuelos directos es y seguirá siendo un serio obstáculo para jalonarles desarrollo y lograr su integración con el país. 
Las complejas características topográficas de nuestro territorio convierten el servicio aéreo en un instrumento estratégico de cohesión social y en factor clave para mejorar la competitividad y generar oportunidades de acceso a bienes y servicios a costos razonables y en tiempos moderados.  

El potencial del mercado colombiano reserva espacio para que diversas empresas de aviación, con apoyo y estímulos del Estado, tengan posibilidad de alzar el vuelo y se dispongan a colonizar ese marginal pero floreciente nicho de la población que suele ser ignorado por las compañías tradicionales.

La demanda, incluyendo la de por lo menos un millón de personas que nunca han subido a un avión, requiere que operadores regionales y de bajo costo tomen pista con el fin de contribuir como facilitadores económicos a la interconexión del territorio, y no solo sean artífices del desarrollo local y regional, sino que hagan realidad los sueños frustrados de tantos millares de viajeros. 

Hoy en día este mercado es atendido por un grupo limitado e insuficiente de empresas que enfrentan los complejos desafíos de servir regiones desatendidas u olvidadas. Pero lo que para algunas de ellas hubiera podido ser una riesgosa y costosa aventura, al contrario, se ha convertido en eficiente apuesta, gracias a la aplicación de innovadores modelos empresariales que registran como resultado positivos arqueos operacionales y financieros.   

Un ejemplo lo materializa Easyfly, compañía nacional con once años de experiencia en el transporte de pasajeros, que acaba de presentar un balance de actividades en el que se abona un buen rendimiento en materia de logros y proyecciones. La aerolínea, sin ser de bajo costo, consiguió abrirse y consolidar camino en el mercado regional, particularmente dirigido a ciertas zonas con dificultades de conectividad, donde tomar avión, además de un problema de tiempo y espacio, representaba una fuerte carga económica para los usuarios.

En lo corrido de 2018 la empresa transportó más de 875 mil pasajeros por su extensa red de 35 rutas, cifra que destaca un incremento en ventas del 45 por ciento con respecto al mismo período del año anterior. Para retribuir a la demanda y alcanzar la meta de un millón 700 mil pasajeros al año, la proyección a corto plazo es seguir metiendo el hombro y ampliar a 47 la oferta de rutas domésticas. 

Una de las claves de su crecimiento ha sido comercializar trayectos que regularmente no tienen competencia, como Valledupar, Quibdó, Ibagué, Armenia o Corozal, y poner bajo la mira atractivos destinos turísticos del corte de Bahía Solano, Guapi y Mompox, y comerciales como Caucasia, Florencia, Puerto Asís, Tumaco y Barrancabermeja. 

El impulso de la aerolínea la ha llevado a poner en marcha un plan de expansión hasta 2022, respaldado por una inversión de US$220 MM, que incluye la incorporación a su flota de siete aeronaves ATR, con capacidades para 50 y 60 pasajeros, la primera de ellas dada al servicio de pasajeros a comienzos de este mes. Los positivos indicadores de sus balances demuestran, en consecuencia, que territorios marginales para el Estado pueden producir beneficios para operadores y poblaciones.  

La aviación es un motor de desarrollo sostenible con un significativo papel protagónico para cumplir, siempre y cuando se priorice a través de políticas que la hagan competitiva y se implementen acciones que incentiven la participación de nuevos competidores en aquellas zonas olvidadas que necesitan de la industria aérea para lograr crecimientos económicos, turísticos, sociales y culturales.
Cuanto más conectado esté el país por aire, menor será la desinflada de una población que no soporta más inequidad ni tanta corrupción y que necesita urgente de un sector que por fin le arrastre –literalmente- el ala.

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@Gsilvar5