Respete, doctor Uribe Vélez

Óscar Sevillano
20 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Parece que el periodismo nacional se ha dado cuenta del mal que hace al reproducir cuanto insulto suele lanzar el senador y expresidente Álvaro Uribe, quien se acostumbró a este proceder, seguro de que no solo será noticia, sino que además ayudará a garantizar un alto rating de sintonía.

El insulto, ofensa y calumnia que hizo Uribe sobre la persona de Daniel Samper Ospina no es el primer acto de estos que realiza sobre colombiano alguno. Mientras fue presidente de la República acusaba de aliado de las Farc, terrorista vestido de civil, nostálgico del comunismo, caballo discapacitado, etc., a todo aquel que se le ocurriera llevarle la contraria o que le señalara algún error que estuviese cometiendo.

De estos señalamientos fueron víctimas los magistrados de las altas cortes, periodistas, opositores políticos, académicos, analistas de opinión y hasta expresidentes. Todas estas ofensas fueron titular de primera página en periódicos, emisoras de radio y noticieros de televisión, que hicieron de Álvaro Uribe ante el imaginario de los colombianos del común una especie de héroe de la política que se atrevía a hablarle duro al resto del mundo.

Poco importaba analizar si lo que decía Uribe era cierto o mentira, total, al final de cuentas, entre más duro hablara, más hinchas ganaba.

Hoy las cosas no son distintas. El problema es que ya está llegando a límites intolerables, y poco o nada le importa si con sus señalamientos mentirosos e irrespetuosos atenta contra la dignidad, la honra y la integridad de las personas a quienes hace sus víctimas. Aun así, Uribe exige que se le respete su nombre.

¿Puede exigir respeto una persona que irrespeta a los demás poniendo en peligro su integridad? La respuesta es no, porque carece de autoridad moral para esto. Sin embargo, esto a Uribe no le importa nada y hoy desafía no solo a los medios de comunicación que en su momento ayudaron a envalentonarlo, sino a al país entero, señalando sin tener prueba alguna a un periodista y exdirector de una importante revista a nivel nacional de ser autor del peor crimen que pueda existir sobre la tierra: “violador de niños”.

Lo peor de este caso es que los miembros de su bancada en el Senado le acolitan su mal proceder y se atreven a defenderlo, ante el silencio cómplice del presidente del Senado, quien hasta el momento no ha hecho pronunciamiento alguno exigiendo a los integrantes del Legislativo respeto en el debate público, no solo entre ellos mismos, sino además con el país en general.

Tampoco se les ha escuchado un pronunciamiento enérgico exigiendo mesura en las palabras que se utilizan en los debates públicos al procurador general de la Nación, al presidente de la República y al ministro del Interior. ¿Es que acaso el hecho no lo merece?

No puede ser que las principales personalidades políticas y de gobierno en Colombia actúen como si este fuese un hecho sin la menor importancia. Parece que no entendieran que esto puede exacerbar los ánimos y provocar sucesos que mañana podríamos estar lamentando. Ya vemos a alias Popeye, quien así haya pagado cárcel no deja de ser un personaje siniestro, entrando en la polémica.

No se trata de libertad de prensa, de lo que se trata es de respeto por las personas que piensan distinto, algo que no conoce el senador Uribe, quien solo se complace cuando se le aplaude y se le dice que tiene la razón, así esté muy lejos de tenerla.

@sevillanojarami

 

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