¿Revolución en el Congreso?

Se está debatiendo la propuesta de 54 senadores de crear una renta básica de emergencia que otorgue, por tres meses, un salario mínimo mensual a nueve millones de hogares económicamente vulnerables. Se pueden dar argumentos a favor y en contra de la propuesta, pero lo cierto es que es fiscalmente razonable y es pertinente para la crisis económica causada por la pandemia.

Más allá de lo que suceda, es esperanzador ver al Congreso de la República —históricamente tan desprestigiado— cumpliendo con su función constitucional: ser propositivo y actuar no como notaría, sino como veedor y contrapeso de las decisiones tomadas por el Ejecutivo y, en este caso, de los dictámenes del Ministerio de Hacienda.

Aún persiste la percepción errónea de que el Ministerio de Hacienda es una entidad casi exclusivamente técnica, que pone freno a las iniciativas demagógicas de un Congreso irresponsable. Pero la realidad es que, durante este gobierno, la irresponsabilidad fiscal ha venido del Ministerio de Hacienda, y la sensatez, del Congreso de la República.

Fue el Ministerio de Hacienda, no el Congreso, el que insistió en abrir con su reforma tributaria un hueco fiscal que preocupó a los analistas internacionales desde un principio, y ese hueco fiscal ahora limita los recursos disponibles para responder a la pandemia. Fue el Ministerio de Hacienda el que quiso vender empresas del Estado para tapar temporalmente el hueco fiscal, y fue el Congreso el que bloqueó ese intento de vender la casa para pagar el arriendo. Y es ahora el Congreso —apoyado por asesores económicos que no son cuotas políticas y que se preocupan por los aspectos técnicos de la política pública— el que está proponiendo una respuesta vigorosa ante la crisis, en contra de las anémicas medidas del Ministerio de Hacienda.

En medio de tantas malas noticias, es bueno saber que siquiera algunos de nuestros representantes están aportando para que nuestra democracia salga del papel y sea una realidad.

Twitter: @luiscrh