Rigoberta Menchú: espiritualidad y política

La líder indígena guatemalteca, Premio Nobel de la Paz 1992, estará este viernes 11 de mayo en la Universidad de La Salle, en una conferencia donde abordará temas como el papel de la mujer en la vida política, el liderazgo para la paz y la crisis de valores, entre otros. Entrada libre, previa inscripción.

William Duque*
09 de mayo de 2018 - 05:08 p. m.
Archivo El Espectador
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¿Qué tienen en común estas cifras? $12.700 millones en Agro Ingreso Seguro. $156.000 millones en Transmilenio de la Avenida El Dorado. $340.000 millones en Interbolsa. $1,7 billones en Saludcoop y $1,5 billones en Reficar. Todos son casos de corrupción. Lo peor es que podría ocupar todo el espacio de esta columna citando ejemplos con sus respectivas cifras y no me alcanzaría el espacio.  

Lamentablemente, la corrupción pasó de ser un hecho aislado a convertirse en uno de los problemas más frecuentes para los organismos del Estado, la economía, el sector público y privado, y para miles de ciudadanos. No es gratis que sea uno de los temas en los que los candidatos a la Presidencia hacen más promesas y en el que los colombianos somos más escépticos, dados los múltiples casos que a diario escuchamos en los medios de comunicación.

En este momento recuerdo a don Jorge, el señor que desde hace 45 años pasa a lustrar los zapatos del personal de las oficinas para ganar honestamente su sustento y quien siempre, al ver los periódicos y revistas sobre la mesa, pregunta: "¿Y ahora qué se robaron?".

En esta época electoral, vale la pena preguntarnos: ¿Qué es lo que ocurre en la política? Y también, ¿qué ocurre en la empresa privada, donde a pesar de que no hay cuotas por pagar, de igual manera se evidencian este tipo de delitos? Tal vez exista un distanciamiento, una ruptura, un no diálogo, entre dos elementos que nos podrían ayudar a poner de nuevo en el centro de todo a la persona humana, es decir, al hombre, a la mujer, al niño, al anciano, al otro. Esos elementos son la espiritualidad y la política.

Es imperativo colocar en todo ámbito creado y construido por el hombre al humanismo mismo; es decir, que el centro de la historia, la política, la economía, las relaciones, la educación, la producción, la familia, las empresas, la universidad, etc., sea la vida misma, el hombre como ser creado y como constructor de realidad. Como bien lo expresa Cristóbal Cervantes: "Se trata de aunar 'el arte de vivir' (espiritualidad) con 'el arte de convivir' (política), con un claro mensaje de pacifismo y no violencia".

Durante mucho tiempo y en distintos contextos, se ha querido separar la espiritualidad de la política. Hay algo que resulta irrenunciable según nuestra Constitución y es la atinada separación entre la Iglesia y el Estado. Pero, otra muy distinta es el distanciamiento entre la religiosidad y la polis, entre lo espiritual y lo secular.

Cuando la espiritualidad no conlleva en sí misma una opción por lo político, por la polis, no logra configurar la esencia misma del mensaje transformador que le es inherente, es decir, la constante, genuina y transparente preocupación y servicio por el prójimo.

De igual manera, cuando la política no tiene en su ideal la dimensión espiritual de la persona, termina sirviendo a sus propios intereses de poder absoluto, dinero a toda costa y alejándose de las necesidades del otro, del pueblo, del bien común de la polis.

Como será de potencializadora la dupla espiritualidad y política, que los hombres y mujeres que logran trabajar por sus ideales caminando a la par estos dos senderos, se convierten en referentes internacionales y en modelos a seguir por multitudes, sin importar su nacionalidad, credo o edad.

Una de esas mujeres es Rigoberta Menchú, la líder indígena guatemalteca, miembro del grupo maya quiché, defensora de los derechos humanos, embajadora de buena voluntad de la UNESCO y ganadora del Premio Nobel de la Paz (1992) y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

Menchú nos estará acompañando este viernes 11 de mayo en la Universidad de La Salle, con su estilo sencillo y cercano en una conferencia magistral de entrada libre, con inscripción previa, donde abordará cómo aneja ella la relación espiritualidad y política. Además, contará detalles sobre otros temas como la integración cultural, el desarrollo sostenible, la participación en la vida pública, el papel de la mujer en la vida política, el liderazgo para la paz, el servicio a la comunidad y la crisis de valores, entre otros.

En la Universidad de La Salle consideramos importante generar de espacios que permitan cerrar el abismo que hoy existe entre estos dos elementos. De hecho, este año la Cátedra Institucional titulada, Compromisos para La Paz, ha decidido organizar un diálogo de saberes con estudiantes, docentes, directivos y personal de apoyo que nos permitan entre todos construir sociedad, entendiendo que la espiritualidad es inherente a la política, en tanto, que la política adquiere validez en función del otro. 

Creemos que al contexto político que vive hoy nuestro país le ha llegado la hora de integrar la conciencia y la espiritualidad en la política, y de que los grupos y personas de distintos ideales y opciones partidarias de manera consciente se integren en la política, en la gestión de la vida en común, buscando la armonía, la justicia y la paz.

Todos como país y no sólo la academia o los activistas, tenemos el reto de salir de esta guerra sin sentido, donde todos hemos perdido. Tenemos el reto de redescubrir la dimensión espiritual de la existencia, una dimensión que nos debe llevar a la experiencia de que todos somos uno. Esa nueva espiritualidad, basada en la libertad y el amor, nos conducirá a una nueva forma de relacionarnos en el ámbito político, económico y cultural que pasará del yo al nosotros, del mío al nuestro, porque lo habremos construido en la polis donde el prójimo es el centro y es el primero.

Como dijo Ken Wilber: "En el ámbito de lo interpersonal, en el reino de cómo tú y yo nos relacionamos con el otro como seres sociales, no hay áreas más importantes que las de la espiritualidad y la política". 

* Director Departamento Formación Lasallista Universidad de La Salle

Por William Duque*

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