Rodó la pelota

Antonio Casale
18 de mayo de 2020 - 11:00 a. m.

Los alemanes lo consiguieron. Fieles a su estilo, no son los más divertidos, pero sin duda son los más organizados; así que pusieron a rodar el balón para reanudar la Bundesliga.

Pocos latinos, muchos alemanes con apellidos difíciles de pronunciar, estadios vacíos, sin saludos al comienzo ni al final, sin abrazos en la celebración de los goles, sin cambios de camiseta al finalizar los juegos. Todo eso se hizo extraño, pero fue poco a la hora de ver rodar una pelota en vivo. ¡Qué le vamos a hacer! Para quienes creemos que el fútbol es la manifestación cultural más importante de los tiempos modernos, con sus luces y sus sombras, como cualquier acción emprendida por un grupo de humanos, no podía haber una felicidad más grande.

No fue fácil lograrlo para los alemanes. Allá, como acá, a pesar de que el fútbol es más arraigado entre sus ciudadanos, el regreso de la competición estuvo enmarcado en polémicas. Un estudio previo al puntapié inicial demostró que el 56 % de las personas no estaba de acuerdo con el reinicio de la Bundesliga.

Los protocolos fueron estrictos tanto en su presentación como en su desarrollo. Los protagonistas se comportaron de manera impecable. Brindaron un gran ejemplo de cultura ciudadana; algo de lo cual tendremos que aprender todos si queremos convivir con el coronavirus.

Las gambetas, como es natural entre los alemanes, brillaron por su ausencia y el orden táctico destacó, aunque físicamente los jugadores se veían algo rígidos después de una pretemporada de apenas 18 días, en la que tuvieron poco contacto físico con sus compañeros.

La pelota rodó en Alemania e hizo felices por un par de horas a millones de personas en todo el mundo. Esa es una ganancia incalculable en tiempos en que ese sentimiento sucumbe ante la incertidumbre, la tristeza y el negativismo. Lo demás no cambia: los equipos grandes ganaron, los otros fueron irregulares. Los mejores jugadores demostraron que lo son y los otros hicieron lo mejor que pudieron. Lo de los cinco cambios benefició, como se esperaba, a los equipos que tienen mejores nóminas, pero se entiende que ayuda a preservar la salud de los jugadores, aunque se presentaron menos lesiones de las esperadas tras una pausa larga.

Los alemanes lo lograron y en Colombia, tanto la Dimayor como las autoridades del Gobierno, tendrán que mirar con humildad su caso de éxito para tomar lo mejor de su plan y adecuarlo a nuestra realidad. Más allá el presupuesto, el orden con el que trabajaron fue la clave del éxito. Trabajar en equipo no cuesta más dinero.

 

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