Rompiendo los límites morales en "Rick y Morty"

Columna del lector
26 de junio de 2019 - 06:46 p. m.

Por Mateo Medina Abad

En los últimos años, de manera rápida y eficaz, Rick y Morty se ha consolidado en la cultura popular. Es común escuchar las frases dichas por sus personajes en una conversación (Aw yeez, wubbalubbadubdub, etc.) y además, a pesar de ser una serie animada, logra generar un debate sobre los límites de la moral y la ética.

En su tercera temporada alcanzó a tener audiencias de casi 12 millones de personas, según Adult Swim, convirtiéndose en una de las series más vistas del canal. Es que una serie donde hay viajes al espacio, humor negro, debates sobre la soledad, entre muchos otros temas, además de tener una animación llena de colores y vida, sería imposible que no funcionara.

Enfocándose en deconstruir lo que se entiende por humanidad y lo límites de la moral, a lo largo de sus viajes Rick y Morty se encuentran con miles de situaciones donde se adentran en las áreas grises de cada personaje. Por ejemplo, Rick aparenta ser un personaje al que nada le importa, como se ve cuando el científico crea un universo con el único propósito de darle batería a su carro, donde la serie además critica al ser humano y su abuso de los recursos naturales. Pero, de la misma forma, Rick no solo es apático y desinteresado, sino que es un abuelo que se preocupa por sus nietos y por su hija, por más de que casi nunca lo demuestre, como se ve en los diversos episodios donde, aunque le cueste aceptarlo, decide priorizar a su familia que sus propios intereses.

Rick y Morty también explora las áreas grises de la sociedad desde las metáforas, como cuando criticó al capitalismo relacionando las compras desmedidas con venderle el alma al diablo en el episodio Something Ricked This Way Comes. En él, las personas compraban objetos que les cumplían sus deseos, pero que el diablo, Mr. Needfull, había maldecido. También se ve en lo que le pasa a Mr. Goldenfold cuando logra ser deseado por las mujeres al comprar una loción, sin lograr realmente estar con una, pues también le había causado impotencia. Todo esto para que después, como casi siempre en Rick y Morty, nada importe, pues Rick simplemente podía arreglarlo rompiendo la maldición gracias a la ciencia.

Justin Roiland, creador de la serie, también logra entender la tristeza, la soledad, el alcoholismo y el abandono a través chistes salidos de tono y de lo políticamente correcto. Un ejemplo es lo que ocurre con la frase wubbalubbadubdub, que Rick parece decir una y otra vez casi sin sentido, pero que  en realidad significa "estoy sufriendo mucho, ayuda por favor". Roiland logra esconder en un chiste el dolor que en realidad esconden sus personajes, rompiendo así el límite de lo correcto y lo incorrecto.

Con ilustraciones llenas de color y formas extrañas, desde hombres pájaro, cabezas flotantes que destruyen planetas si no cantan como ellos quieren, dimensiones con cielos morados o naranjas, con plantas que comen gente, o con arañas que comen helado. Donde además su creador le da la voz tanto a Rick, como a Morty, y donde varios actores aparecen incesantemente para darle la voz a otros personajes, como John Oliver, que hizo parte del episodio Anatomy Park como el Doctor Xander Bloom.

Precisamente por eso la serie ha marcado tanto a las audiencias como a la crítica. En la página Rotten Tomatoes, la serie ha tenido un promedio de 97 % compartido tanto por los críticos como el público general.  Por esto Rick y Morty es imperdible, sobre todo la futura y muy esperada cuarta temporada, pues permite reconocer las construcciones sociales de la moral de una forma divertida, en mundos llenos de colores y criaturas extrañas.

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