Samuel e Iván Moreno, una lección para la justicia

Óscar Sevillano
21 de mayo de 2020 - 05:00 a. m.

Es el colmo si el país no aprende la lección que han dejado los grandes escándalos de corrupción, como el de Samuel Moreno y su hermano Iván, quienes se supone están castigados por la justicia por hacer travesuras con el presupuesto del Distrito, pero en varias ocasiones han tratado de hacerle el quite, acudiendo, por ejemplo, a las tres quintas partes de la pena cumplida, como es el caso del exsenador Moreno Rojas.

Y digo que es el colmo porque, si se van a aplicar estos beneficios permitidos por la ley, al menos deberían condicionarse a que devuelvan los dineros robados a la administración pública, cosa que hasta el momento no se ha hecho, porque quienes se dedican a hacer de las suyas con los recursos del Estado optan por la vía de aceptar unos cuantos años de cárcel, para luego salir a disfrutar los frutos de sus delitos.

¿En cuánto fue tasado el robo de los dineros de Bogotá por Iván y Samuel? ¿Cuánto de esa cifra han devuelto? ¿Qué ha pasado con sus amigos que participaron del hecho y que robaron también?

Es claro que este par de hermanitos hampones no fueron los únicos que participaron en el llamado Carrusel de la Contratación en Bogotá. Aquí hubo más gente, algunos están pagando cárcel también y hay otros que con toda seguridad han logrado pasar de agache. Mientras, los que sí han pagado los platos rotos por las travesuras de Samuel, Iván y sus 40 ladrones son los ciudadanos del común, que vieron cómo la capital de la república cayó en un atraso que, por más esfuerzos que se hicieron en la administración anterior, junto con lo que hace la actual, no se ha podido superar.

Pasará mucho tiempo para que la capital se recupere; mientras, los hermanitos Moreno Rojas esperan con ganas el momento de salir de la cárcel para disfrutar de la fortuna amasada con el robo a manos llenas a Bogotá.

Esto demuestra una vez más la incapacidad del Estado para rastrear los dineros robados a la administración pública, que son puestos en cuentas en paraísos fiscales en el exterior, y la poca iniciativa de parte de la justicia para hacerles cumplir a los delincuentes con la responsabilidad moral que les cabe, en este caso, con la ciudad de Bogotá.

Hasta que Iván Moreno no devuelva el total de los dineros robados a Bogotá, no debería dejársele salir, y en el caso de Samuel Moreno, que paga condena en la Escuela de Caballería de la Policía, debería ser enviado a una prisión de verdad, porque de nada sirve que esté condenado si se encuentra en una especie de “cárcel simbólica”.

Suficiente tenemos con ver el espectáculo en el que se ha convertido la justicia en este país, como para también tener que tragarnos el sapo de ver a este par de delincuentes libres en el caso de que bajo alguna leguleyada se les permita salir de la cárcel.

Cambiando de tema, el paramilitar Jorge 40 tiene procesos en Colombia por desplazamiento y amasó una fortuna con base en masacres, asesinatos selectivos, robo de ganado y está obligado a reparar a las víctimas. Ahora tendrá a su hijo dirigiendo desde el Ministerio del Interior la política pública para la población a quien él (Jorge 40) debe reparar, es decir, a las víctimas.

@sevillanoscar

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