Se desinfla el centro

Rafael Orduz
06 de marzo de 2018 - 04:30 a. m.

Hasta hace algunas semanas las opciones de centro parecían contar con futuro político en este año de campaña electoral para Presidencia y Congreso. Sin embargo, lo que parece ocurrir ahora es el desinfle del centro y la ratificación de la polarización.

Si el centro pudiera llamarse, filosóficamente, liberal, la tendencia de su sepultamiento en estas tierras coincide con su asfixia en otras latitudes. A pesar de Macron y Merkel en Europa, lo que se ve en Europa es el avance, más sólido en unas partes que en otras, de movimientos de extrema derecha, tanto en el parlamento como en el Ejecutivo.  Ya no resulta políticamente incorrecto poner en duda las magnitudes del Holocausto en Polonia, y en Austria un joven canciller (primer ministro) de 31 años lidera la coalición de extrema derecha vencedora.

Y ni se diga el revolcón en la cultura política que Trump, racista, xenófobo y homófobo, partidario de armar a los maestros para evitar las masacres escolares que se repiten con regularidad, está dando en los EE.UU., con grandes posibilidades de repetición de período en el 2020.

Aunque falta todavía un largo trecho para la primera vuelta presidencial, las últimas encuestas señalan dos punteros que se separan del pelotón: Duque y Petro.  Marta Lucía Ramírez, que hasta apenas unas semanas parecía imbatible frente a Duque en las encuestas sobre consulta en el CD,  figura con pocas posibilidades. A menos que las encuestas anden mal…

Otras alternativas, como las de Fajardo y De la Calle, parecen esfumadas. La gente, a partir de sus prejuicios, alimentados de sobra en las redes sociales,  piensa ya en segunda vuelta, en cómo detener al coco de su imaginario.

La apuesta por la polarización se impone. Y si a ello se añade el clima de agresión, verbal y física,  que se ha presentado en lugares como Cúcuta y Popayán, estamos ante la composición óptima para que se consolide aquella. A la hora de entrega de este escrito, en el caso de Petro, según W Radio, su vehículo sí había sido atacado a bala.  Gravísimo que se editen momentos como los del 89 y 90 en las primeras elecciones después de firmado un acuerdo de paz, con la tasa más baja de homicidios en más de cuatro décadas, que podría conducir a otra época oscura como la del exterminio de la UP.

¿Responsabilidades? Fuera de la inmensa habilidad de los promotores de la polarización, hay pasivos propios. Increíble que Fajardo y De la Calle, extraordinarios líderes, no pudieran unirse. Aunque también, como dice Gómez Buendía, el silencio (de Fajardo) no da votos.

Ser de centro no significa callarse ni abstenerse de tomar posiciones.  

Fundamentalmente, se trata del respeto por la diversidad política, religiosa, de orientación sexual,  étnica, y en contar con objetivos programáticos que, en el caso de Colombia, fortalezcan el proceso de paz y le permitan insertarse en el mundo por la vía del conocimiento.

Así es: el centro se desinfla porque los mismos colombianos caen en la trampa de la polarización, aunque también por los propios errores y silencios.

 

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