Se equivocan las Farc y se equivoca "Santrich"

Óscar Sevillano
13 de junio de 2019 - 05:00 a. m.

Está visto que los miembros del partido FARC no se han dado a la tarea de analizar y reflexionar la imagen que tienen ante los colombianos, que claramente no es buena.

Lo primero que deberían hacer en esta fuerza política es trabajar para demostrarle a todo el país que su intención a partir del momento en que se firmó la paz es trabajar desde la legalidad por el más necesitado.  Con la posesión de Zeuxis Pausias Hernández, más conocido como Jesús Santrich, vemos una actitud demasiado desafiante y con pocas ganas de querer ganar la aceptación de una población que mayoritariamente está en su contra.   

La acusación que pesa sobre Santrich no es de poca monta, el más que nadie lo sabe, pero parece que poco le importa y haciendo uso de su desfachatez y cinismo, toma juramento para en adelante hacerse llamar “honorable congresista”.

La presencia del exguerrillero no solo hace daño al Congreso de la República, ya de por si desprestigiado por cuenta del mal proceder de muchos de sus integrantes, también mancha a los Acuerdos de Paz, porque deja la impresión de que las Farc podrían utilizarlo para continuar con actividades delictivas y, lo que es peor, que el Estado lo permite.

Se equivocan las Farc y se equivoca Santrich si creen que imponiendo su presencia en la actividad política los colombianos del común van a lograr una mayor aceptación hacia esta nueva fuerza política. Por el contrario, lo único que consiguen es un rechazo mayoritario, el mismo que causa ver a una cantidad de personas de las que se sabe son indignos de ocupar una curul en el Congreso de la República y aun así se encuentran allí presentes, en el Senado o en la Cámara.

Una persona con un verdadero sentido común que tenga los mismos problemas judiciales que tiene el exguerrillero, quien además es solicitado en extradición por los Estados Unidos, en lugar de desafiar a un país, manchando con su presencia la actividad política en Colombia, se dedicaría primero a limpiar su nombre. Santrich prefirió lo contrario, a lo mejor porque, quizás, quizás, quizás, no sea tan inocente como él mismo lo asegura.

Los ánimos en el ambiente político están bastante crispados y es claro que la llegada del exguerrillero al Capitolio Nacional va a servir para que los insultos que van y vienen entre el Centro Democrático y los partidos políticos que apoyaron la firma de la paz con las Farc han de aumentar día tras día, hora tras hora y el blanco favorito de este tipo de declaraciones encendidas y acaloradas se llamará Jesús Santrich, y no podrá defenderse, ni encontrar quien lo defienda. Pero eso sí, ¿quién lo manda?

Cambiando de tema. ¿Cuándo será que el equipo Millonarios asumirá la responsabilidad que le corresponde por el comportamiento criminal de algunos de sus hinchas?

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