¡Se escribió la historia….. se reescribió la historia!

María Antonieta Solórzano
09 de julio de 2018 - 07:36 p. m.

Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
…y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.

Antonio Machado

Los seres humanos escribimos día a día nuestra historia o mejor aún la reescribimos con cada situación, ella está en permanente evolución.   Aquello que acaba de suceder tiene la posibilidad de cambiar la manera en que vemos   nuestro propio camino.

A diferencia de la sentencia “Y… se escribió la historia,” que al final del partido pronuncian nuestros comentaristas del mundial futbol, significando  que lo ocurrido es punto final y que ya nada va a ser diferente; en la vida personal y colectiva de los seres humanos  el ultimo episodio se puede enlazar con el primero de la siguiente página.  

Estamos hechos para ir más allá de los limites de nuestro pasado, este no nos determina de manera implacable, nos impulsa pero no nos obliga.

Sabemos que, en una sociedad patriarcal como la nuestra , la ambición y la adicción al poder es hoy una  epidemia.  Desde los escenarios de la guerra hasta las dinámicas de poder en la familia,  se amenaza nuestra vulnerabilidad y se lesiona la dignidad, todos terminamos de una u  otra forma lesionados.

Diariamente sabemos que a la hija de alguien la abusaron, que a una niña indefensa la violaron y la mataron, que a los lideres sociales que protegían sus comunidades los asesinan, que el gerente de una entidad financiera se alzo con los ahorros de toda la vida de sus clientes  o que al juez le pagaron para que emitiera el fallo correcto o que lo hicieron millonario para dictara la sentencia injusta. 

Todas las mascaras de los abusos de poder institucionales o personales nos afectan, van construyendo una curiosa ideología acerca del orden en la convivencia, los victimarios se perciben valiosos en virtud de sus demostraciones de poder y las víctimas se sienten sin valor, son el daño colateral, carecen de derechos y  hasta pueden ser acusadas de permitir el abuso.  

Podríamos dolorosamente afirmar y …se escribió la historia. Sin embargo, la esperanza es la práctica de la disciplina del amor que permite rescribir el desenlace: “Las victimas en un acto de valor relatan lo ocurrido, rompen el silencio, reciben empatía y solidaridad, se definen como seres valiosos y necesarios a la vida. Y luego se conectan con otros que han vivido experiencias similares para invitarlos a romper el silencio y la vergüenza y así recuperar su valor esencial.”   

Lo que ayer era difícil hoy parece fácil, lo que ayer era destino hoy puede ser libertad, lo que ayer era trauma hoy es sanación y la historia se reescribe.   

 

 

 

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