¡Se la fumaron verde!

Aura Lucía Mera
11 de junio de 2019 - 06:00 a. m.

La capacidad de los “fundamentalistas” —cada cual interprete la palabra como quiera— de manipular a su amaño lo que sea para seguir atizando la polarización es infinita. No quiero poner el retrovisor de todo lo que está sucediendo desde que el que sabemos agarró la Presidencia de Colombia de nuevo. Tercer mandato. Punto. El que afirme lo contrario está... fuera del tiesto.

Me concentro en la garrotera que se ha formado con la sentencia de la Corte sobre “el consumo y el desarrollo de la personalidad”. Dudo que los que trinan, vociferan y se rasgan las vestiduras hayan leído, pues no han sabido interpretar nada. Me explico. O, mejor dicho, le cedo la palabra a Guillermo Rivera, exministro del Interior, en La línea del medio.

“No sé si Duque y Uribe se leyeron el comunicado de la Corte Constitucional antes de hacer sus declaraciones. Si no lo hicieron, podríamos decir que es irresponsable opinar sobre lo que ni se conoce y, si lo hicieron, es aún peor porque la Corte no dijo lo que ellos han dicho”.

“Lo que la Corte dijo es que no había lugar en la Constitución a restricciones genéricas de la libertad, pero sí a restricciones específicas sujetas al juicio de la razonabilidad y proporcionalidad”.

“Entre otras cosas porque la providencia dejó vigentes en el artículo 33 las expresiones ‘sustancias prohibidas, no autorizadas para su consumo’, y en el 140 las expresiones ‘consumir sustancias prohibidas en estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y, en general, en el espacio público, excepto en las actividades autorizadas por la autoridad competente’”.

¿Les quedó claro? Sí se pueden prohibir. Lo que no hay derecho es a que se manipule farisaicamente algo tan delicado como “los derechos de los niños”, que a la hora de la verdad se les vulneran todos ante la indiferencia de todos. Violaciones. Violencia intrafamiliar. Matoneo. Discriminación étnica...

Personalmente, y como adicta al alcohol y a la cocaína, y sabiendo lo que es vivir el infierno en carne propia, les cuento que jamás vi en mi casa beber o fumar, muchísimo menos en algún parque. Nadie “vulneró” mis derechos. Crecí rodeada de amor, de buen ejemplo, me educaron las monjas, me casé virgen... y resulté adicta. Me gané el Baloto genético y casi me muero. Llevo más de 20 años de abstención total gracias a AA y a muchos años de terapia.

El que queda enganchado al alcohol o cualquier droga se jode la vida y termina en una cárcel, en un psiquiátrico o muerto indignamente. El que logra consumir recreativa y esporádicamente, Dios lo bendiga. No fue mi caso.

Presidentes y fundamentalistas: por favor, dejen de polarizar al país y atacar todo lo que pueden. Ustedes son los únicos responsables de esparcir mentiras y divulgar las cosas como no son.

Señor Duque: empiece a gobernar y záfese, por el amor de Dios y la Patria, de los rencores y venganzas de su mentor. Si no lo hace, Dios y la Patria se lo cobrarán. Todavía hay tiempo. Perdió casi un año en peleas bizantinas. ¡No más!

Posdata. ¡Se fajó William Ospina con Guayacanal! Un libro único. No se lo pierdan.

 

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