El país de las maravillas

Se nos vino el mundo encima

Mario Morales
05 de junio de 2019 - 05:00 a. m.

Sí, literalmente, como ahora repiten los jóvenes. Mientras andamos “Santri-hechizados” en discusiones bizantinas, la naturaleza, la condición humana y las contingencias pasan factura sin que nos demos por advertidos.

Que 580 municipios, más de la mitad del país según el Ideam, estén en alerta por aludes, deslizamientos e inundaciones es ya señal de precariedad e ineficiencia. Pero que haya 69 muertos, 53.000 damnificados y cinco municipios en emergencia sería suficiente para que el país se volcara en apoyo y dejara su retahíla justicierista diaria.

Entre tanto, son talados, en promedio, 35 árboles en Bogotá y los restos de la deforestación nacional inundan, como si fuesen cloacas, puertos y costas. Los efectos flotan a la vista: 17.500 muertes anuales por la pésima calidad del aire y el agua, que solo percibimos por medidas cortoplacistas y miopes como el ya desgastado pico y placa.

El resto de colombianos se levanta (es un decir) en medio de avalanchas de malos augurios como que el desempleo seguirá creciendo, al decir de Fedesarrollo, como si no fuera suficiente con los 2’717.000 ciudadanos condenados a ver llover, entre ellos los jóvenes, cuya tasa de desocupación ya alcanza el 18 %.

“La situación”, como dice el colombiano de a pie, se termina de encharcar con el derrumbe del peso frente al dólar y la inflación crece lento pero seguro, representada en el ahogamiento de símbolos populares como el pan de $200.

Y todo en medio de esta sensación de marasmo institucional con desbordamiento de cifras, como si fuera un ritual de exorcismo, y que van perdiendo su impacto: que 90 líderes asesinados este año, que 130 crímenes contra desmovilizados desde el Acuerdo de Paz, que 80.000 desaparecidos en medio siglo de conflicto, que otra niña asesinada en Buenaventura, que masacres en el Catatumbo, Antioquia, Arauca o La Macarena…

Así debió comenzar el diluvio, mientras las gentes discutían y parloteaban, girando sin sentido, como corchos en medio del gran remolino.

@marioemorales y www.mariomorales.info

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar