Se perdieron las prioridades

Felipe Zuleta Lleras
02 de junio de 2019 - 05:00 a. m.

Qué cantidad de noticias las que produce este país. Las cosas cambian en minutos y no hay manera de seguirlas, analizarlas, entenderlas. Todo parece el final de la república, la sin salida.

Por cuenta de la cloaca (Twitter), muchos opinan sobre lo divino y lo humano. Destruyen la honra de las personas, amenazan, insultan, descalifican, y va uno a ver y la gran mayoría solamente están llenos de resentimientos y con el alma untada, literalmente, de mierda.

Pero esos opinadores de oficio no tienen tiempo para mirar los temas con juicio. Simplemente leen a otro tuitero o, en el mejor de los casos, un titular y sin miramientos disparan sus venenosos trinos.

En los últimos días la noticia ha sido las decisiones de la justicia en las altas cortes y otras instancias sobre Jesús Santrich. Todas discordantes entre sí y llenas de vericuetos jurídicos que, aun con dificultad, entienden los abogados.

Pero los tuiteros opinan como magistrados sin entender nada de nada. Lo hacen con sus tripas calientes y no con sus cabezas frías. Lo mismo pasó con la decisión de la revista Semana de cancelar la columna de mi amigo Daniel Coronell. Destrozaron al medio, a su fundador, se solidarizaron con Daniel, despedazaron sin razón a una revista que ha destapado los mayores escándalos de este país. Y quienes odian a Coronell se alegraron y no lo bajaron de comprado y mafioso. Miles opinaron sobre el tema y asumo que ni siquiera se habían leído la columna de Daniel que dio origen a su despido de la revista. Pero como borregos algo medio entendieron y destrozaron, los unos y los otros, a López, a Daniel y a Semana.

Traje este par de casos a cuento para demostrar lo perdidos que están algunos. Mientras esos tuiteros escriben pendejadas, en Colombia, en los primeros tres meses del año, 8.260 menores de edad, niños y niñas, fueron abusados, según informó Medicinal Legal el miércoles. Estamos hablando de 91 menores diarios, abusados, violados, maltratados sexualmente. Eso sí es grave, pues un país que tiene esas cifras de abusos en contra de sus menores no es viable. No tiene ningún futuro como nación.

Pero estos hechos no alarman a esos miles de tuiteros, porque les parece más grave que saquen a un columnista de una revista a que nuestros niños sean abusados, violados. Les parece más escandaloso que Luisa Fernanda W (una influencer) muestre las tetas a que abusen de nuestros niños. Creen que es más importante hablar mal de la Corte Suprema que protestar en favor de los menores.

Las redes, especialmente la cloaca, le han hecho mucho daño al país. Y lo grave es que algunos periodistas con gran cantidad de seguidores se montaron en eso y acabaron siendo igual de irresponsables que los demás. En vez de construir, destruyen. Y serán ellos, entre otros, los responsables del futuro del país que, tal como se ve hoy, es muy poco halagador.

Notícula. Por vacaciones, este columnista los dejará descansar hasta el 30 de junio.

 

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