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Selva camino a Dinamarca

Juan Pablo Ruiz Soto
25 de noviembre de 2009 - 04:14 a. m.

BRASIL SE ESTÁ POSICIONANDO PAra la cumbre mundial sobre cambio climático en Dinamarca.

Los antecedentes de Brasil no son buenos pues es el quinto país en el mundo que más emite gases efecto invernadero (GEI) y su propuesta para la Cumbre es que para 2020 reducirá la tasa de deforestación hasta en un 80% y que en total reducirá sus emisiones de GEI 36%.

Algunos logros recientes posicionan a Brasil; el seguimiento a la deforestación, con imágenes de satélite se empieza a hacer finca por finca y registra que entre agosto de 2008 y agosto de 2009 se redujo la deforestación 45% en relación con el año inmediatamente anterior. Así el área talada fue de 7.000km2, la menor área en los últimos 21 años, cuando el promedio alcanzó 20.000km2 anuales, es decir, la mitad de la superficie de Suiza o de Dinamarca.

La disminución en la tasa de deforestación es resultado de la combinación de una serie de factores, que incluye temas de política gubernamental, caída en la demanda de algunos bienes para cuya producción Brasil talaba bosque, y la expectativa de que conservar bosque tendrá compensaciones internacionales. En términos de emisiones, la deforestación genera más del 50% de los GEI que aporta Brasil; por ello, disminuir la deforestación significa disminuir el total de los GEI, aunque la industria siga creciendo. En Colombia, el porcentaje del bosque amazónico destruido es similar al de Brasil y también ha caído la tasa de deforestación; hay algunos factores compartidos y otros son muy locales.

Un tema que está trabajando Brasil y en el cual Colombia tiene un gran potencial es el de la disminución del aporte de GEI asociados a la actividad ganadera. En Brasil se busca disminuir la tala y quema para producción de pasto mediante un incremento en productividad en espacios en el interior de la frontera agrícola y disminuir las emisiones de metano —GEI—, usando los excrementos del ganado para producir abonos. Colombia está preparando un importante proyecto de reconversión ganadera introduciendo sistemas silvopastoriles, es decir, árboles en los potreros, para fijar CO2, disminuir las emisiones de metano al mejorar la alimentación del ganado, proteger los recursos naturales de las fincas y aumentar la capacidad de carga por hectárea disminuyendo la presión por deforestación. En esto vamos adelante.

Respecto de la caña de azúcar, Brasil ha desarrollado una legislación que impide su siembra en áreas de selva tropical o cerca de los bosques del Pantanal y está desarrollando la tecnología para que el etanol sea producido con el bagazo como residuo de la caña, subproducto de la producción de azúcar. En áreas deforestadas se está incentivando la reforestación para uso comercial y adicionalmente ha reformado el código forestal y está controlando mejor la tala ilegal. En las fincas amazónicas se está implementando una legislación que sólo permite talar el 20% del área de una finca.

Las discusiones internas en Brasil han sido intensas pero el presidente Lula le está dando prioridad al manejo ambiental y a la calidad de vida a largo plazo, por lo que decidió ir a la cumbre de Dinamarca. Esperamos que Colombia se una a esta iniciativa, donde la alianza nos trae fortalezas y mejor capacidad de negociación. ¿Tendrá nuestro Presidente una propuesta similar a la de Lula?

 

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