Sí, pero no

Iván Mejía Álvarez
15 de septiembre de 2008 - 11:45 p. m.

Las preguntas clave que deben dirimir hoy los federativos a la hora de analizar la continuidad de Pinto son estas: 1. ¿Puede el técnico, está en condiciones y desea hacer revertir la actual situación? 2. Si no es Pinto, ¿entonces quién?

El técnico ha mostrado escasa autocrítica. Por supuesto, él aclara su gestión, explica sus puntos de vista, lo cual es válido porque el Estado de derecho le da la oportunidad de defenderse a todos los acusados. Sin embargo, algo no cambia en su discurso y es su tonito imperativo, de único dueño de la verdad, donde los argumentos en sentido contrario carecen de validez y en el que la prevención lo lleva a ver fantasmas donde no los hay y a crear más roces de los necesarios. Pinto acude a la misma táctica del presidente Uribe: se defiende atacando. Si así fuera en el fútbol.

Pinto dice, por ejemplo, que el comportamiento de la defensa ante Chile fue bueno. Increíble pero cierto. Y dice que Giovanni no jugó de volante por la izquierda y también afirma que una cosa son los jugadores en sus clubes, donde triunfan y otra como el los quiere hacer jugar en la selección. Afirma que él tiene la razón “científica” en el tema de Rionegro y compromete a los jugadores que le han manifestado su desacuerdo. Es decir, más de la misma medicina. Igual a como se comportó en el tema de Córdoba, Yepes, Calero. El que no defienda la ‘seguridad democrática’ del técnico es un terrorista y enemigo del país, cualquier parecido. Y sí, ahora se va a cargar a los coroneles Amaranto, Vargas, Falcao. Y a todo aquel que piense diferente y no acepte su látigo y su disciplina.

¿Pinto va a cambiar? No, una y mil veces no, no lo tiene en mente, ni se le ocurre pensarlo ni lo acepta. Él en su fuero interno no se siente culpable de nada, no acepta su cuota de responsabilidad en la crisis y no está dispuesto a modificar procedimientos que él llama “mi filosofía”. Igual le sucedió en Costa Rica, con la diferencia que allá lo sacaron porque era extranjero y su verso no trasnochaba a nadie.

Segundo tema: si no es Pinto, ¿quién? El candidato, confirmado, es Eduardo Lara. Y acá la pregunta es igual a la que se hizo hace cuatro años con Reinaldo Rueda. Vale la pena cercenar un proceso en marcha como el de la Sub-20, proyectado a un Mundial donde se oficiará de local, para ponerlo al frente de esta nave. Quien puede garantizar que con Lara los delanteros meterán goles, los volantes defenderán y crearán fútbol, los defensas no se equivocarán.

Posición personal: si lo van a sacar, es hoy, y si lo van a dejar, que no se vuelva a hablar de crisis y se le respalde por encima de cualquier resultado hasta el final de la eliminatoria.

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