Notas de buhardilla

Sin nadita que comer

Ramiro Bejarano Guzmán
04 de agosto de 2019 - 07:30 a. m.

El Gobierno, a través de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, trata a Luis Carlos Sarmiento como si fuera un desposeído, y eso tiene que molestarlo, pues esas ayuditas del régimen que él contribuyó a elegir en nada favorecen su reputación y agravan sus problemas. Más cuando ese tratamiento benigno curiosamente coincide con que la ministra fue socia de oficina de Marta Lucía Ramírez, precisamente en la época en que la vicepresidenta fue miembro suplente de la junta directiva del Banco de Bogotá, propiedad del Grupo Aval, como lo denunció el canal de YouTube Revelados (Ver cort.as/-MGPX).

Sorprendió que la ministra Orozco hubiese siquiera intentado una conciliación entre la ANI y la empresa del Grupo Aval encargada de la construcción de la Ruta del Sol, siendo inminente una decisión al respecto de un costoso tribunal arbitral —que no de arbitramento— que ha de dirimir este sonado conflicto, en el que un pintoresco abogado expuso la impresentable tesis de los sobornos buenos. Prevengo a mis lectores de que en una etapa incipiente de ese proceso intervine como apoderado de la Agencia de Defensa del Estado, hasta cuando, a instancias mías, se puso fin a esa relación profesional. Eso no me inhabilita para opinar sobre lo que luego de mi retiro ha ocurrido en este y otros casos similares.

De haberse concretado la conciliación, habrían pagado con cargo al erario más de $1 billón a unas entidades bancarias en su mayoría de Sarmiento Angulo. Quedó la sensación de que se quiso favorecer al Grupo Aval, como si fuese una organización de beneficencia y como si no fuese capaz de hacer valer sus derechos sin el músculo del Gobierno. ¿Tuvo algo que ver en esto la locuaz Marta Lucía? En mi opinión, sí. Y también el Gobierno del subpresidente Duque, pues no en vano recibió el apoyo financiero del banquero Sarmiento en la campaña electoral.

Se está tejiendo una conjura para que sea el Estado quien tenga que pagar los platos rotos de esta feria de la corrupción en la que nos metió Odebrecht con el beneplácito de varios gobiernos. Por fortuna, la intervención oportuna del procurador abortó este regalo que casi terminamos pagando todos por las imprudencias y simpatías de la ministra Orozco, que debería guiarse mejor por la superintendente de Transporte, Carmen Ligia Valderrama, quien sin titubeos anunció que el Gobierno no patrocinará reembolsos con dineros públicos.

En el marco de esa estrategia oficial no disimulada de salvar a Sarmiento, el Consejo Gremial y la Cámara Colombiana de Infraestructura salieron a pedir al Gobierno que pague a los terceros que suponen de buena fe sin que esa condición esté asegurada, pero nunca se les ha ocurrido hacer un guiño para librar al Estado de la carga de tener que restituirles lo invertido por esos contratistas sobornadores. Esa tesis está mediáticamente calculada, pues varias tribunas periodísticas vienen sugiriendo al Gobierno que reembolse inclusive a los contratistas deshonestos lo que hayan invertido, porque de no hacerlo se incurriría en enriquecimiento sin causa. Hágame el favor, la irresponsable solución, que se estrella contra el artículo 2525 del Código Civil, el cual prevé que “no podrá repetirse lo que se haya dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”.

La ministra Orozco venía bien, pero se enredó éticamente. No solo intentó una conciliación leonina para el Estado, que además habría podido resultar contradictoria con lo resuelto en el laudo arbitral que está por emitirse, sino que también se le ve complaciente con Coviandes, empresa cuyo 60 % pertenece al Grupo Aval y que fracasó en la construcción del desplomado puente de Chirajara.

Coviandes ha pretendido que la ANI le permita entregar el puente en 2021 cuando debió haberse entregado en 2018, y que lo exoneren de la cláusula penal y las multas por incumplimiento. Por la inexplicable lentitud del Gobierno, ese contratista donde Sarmiento también es poderoso podría conseguir semejante ganga de incumplir y entregar el día que le dé la gana un puente, sin tener que asumir ninguna carga. ¿A quién representa la ministra Orozco? ¿Por qué no han tomado medidas en este caso?

Ministra, deje que el Grupo Aval se defienda solito. La plutocracia no es buena consejera.

Adenda. Margarita Rosa de Francisco envejece tan bella y digna como cuando fue reina adolescente. Bienvenida a la tercera edad.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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