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Un regaño fue lo que le metió el Tribunal Superior de Medellín a la Fiscalía General de la Nación, por la falta de rigurosidad e investigación en la reconstrucción de los hechos que rodearon la estructura paramilitar denominada Bloque Metro en el oriente antioqueño.
Así lo hizo en la sentencia del pasado 12 de abril, que profirió la Sala de Conocimiento de Justicia y Paz en contra de Fortunato de Jesús Duque Gómez, alias René o René Fortunato, y Rómulo David Gutiérrez, alias el Diablo, exparamilitares que hicieron parte del Frente Batallas del Santuario.
Esto es relevante ya que el fallo hace un juicioso perfil del Bloque Metro, organización que es la piedra angular de donde nacen los problemas que hoy tienen al expresidente Álvaro Uribe Vélez imputado por manipulación de testigos y fraude procesal.
“El Bloque Metro hizo presencia en 42 municipios de Antioquia. En el oriente antioqueño, sus tropas ocuparon los municipios de Abejorral, Alejandría, Cocorná, Concepción, El Santuario, Granada, Guarne, Guatapé, La Unión, Marinilla, El Peñol, El Retiro, Rionegro, San Carlos, San Rafael, San Vicente y La Ceja. Según lo ha registrado la RNI (Red Nacional de Información/Unidad de Víctimas), entre los años 1998 y 2003, se presentaron en la región 1.815 desapariciones forzadas, y aunque no se discriminen los grupos a los que se atribuyen estos hechos, la época coincide con la consolidación del Bloque Metro en la zona”.
1.815, una cifra para no olvidar.
Como he dicho en esta columna, para entender el rol del expresidente Uribe con el Bloque Metro, hay que ir al nacimiento de este grupo paramilitar, que es la Convivir El Cóndor. Y entender la relación de tres polémicas familias con esa organización y la hacienda Guacharacas. Familias de las que forman parte los hermanos Luis Alberto y Juan Guillermo Villegas Uribe, Pedro David y Juan Santiago Gallón Henao y Santiago y Álvaro Uribe Vélez.
Así lo ha declarado el paramilitar Pablo Hernán Sierra García, alias Alberto Guerrero, excomandante del Bloque Cacique Pipintá, quien ha establecido que “el Bloque Metro de las Auc lo fundaron Álvaro Uribe y su hermano Santiago, en compañía del ganadero Santiago Gallón Henao, así como de los hermanos Luis Alberto y Juan Guillermo Villegas Uribe”.
Existe extensa evidencia sobre eso y hay relatos de otros exparamilitares que coinciden en lo mismo. Como el de Juan Guillermo Monsalve, razón por la cual han intentado presionarlo para que cambie su testimonio.
Por eso, volvamos al fallo.
Para el Tribunal Superior de Medellín, como lo relata un artículo de Verdad Abierta, la Fiscalía 20 Delegada ante Justicia y Paz mostró una falta de contexto y cierto sesgo investigativo, por lo cual la magistratura tuvo que construir un contexto complementario a partir de fuentes distintas a las del ente acusador, ya que esa institución no presentó la historia completa del Bloque Metro. (Ver Fiscalía, nuevamente mal parada).
Uno de los elementos más preocupantes es que la Fiscalía, según el Tribunal Superior de Medellín, expuso el contexto de los crímenes cometidos por la estructura paramilitar dejando de lado, nada más ni nada menos, a las víctimas. De esa manera, la Fiscalía terminó revictimizando a los que sufrieron las consecuencias de la violencia de ese bloque paramilitar. Su tarea como ente investigador de los delitos era hacer todo lo contrario.
La Sala agregó, además, que la Fiscalía realizó “más énfasis en las estructuras militares, en las zonas de influencia del grupo armado, en sus estatutos y reglamentos disciplinarios”, que en el daño a las víctimas. “Así, entonces, no solo redujo las políticas del grupo armado a lo establecido en dichos estatutos, sino que no tuvo en cuenta los relatos de las víctimas”, dice la sentencia.
Terrible.
De esa manera, la Sala le ordenó a la Fiscalía 20 Delegada ante Justicia y Paz que “continúe con la investigación y documentación tendiente a establecer la verdad de lo ocurrido, máxime que de los hechos tratados en esta sentencia se desprende la existencia de estas redes; capítulo de la guerra respecto del cual se ha ahondado muy poco por parte de la Fiscalía y los postulados, y que es necesario desentrañar para que sea conocido por las víctimas y por la sociedad en general”.
Y, más importante aún, la Fiscalía tiene la orden y el deber de buscar los bienes de los miembros del Bloque Metro, con el fin “de garantizar la reparación a las víctimas”.
Ese es un dato clave, ya que para la reparación no solo hay que perseguir a los paramilitares pertenecientes a esa estructura paramilitar, sino a sus creadores. Y para eso hay que estudiar la génesis real del Bloque Metro, no la que sigue queriendo olvidar la Fiscalía General de la Nación.