¿Sirve la consulta del 26?

Luis I. Sandoval M.
14 de agosto de 2018 - 00:00 a. m.

Se acerca la consulta anticorrupción prevista para el domingo 26 de agosto y, por supuesto, en estas semanas anteriores han llovido todo tipo de objeciones y hasta propuestas sustitutivas. 

Que no es efectiva, que es muy costosa, que la gente está fatigada por varias elecciones recientes, que sus promotores —promotoras en este caso— lo que buscan es figurar o beneficiarse, que no va a alcanzar los 12 millones que requiere para ser válida…

Todo lo imaginable con tal de que la gente del común no se pronuncie masivamente, no exprese su justificada indignación ante la corrupción agobiante que envilece las relaciones sociales, deslegitima las instituciones y desacredita el ejercicio de la política.

No es raro. Suele demeritarse en el país todo lo que es participación ciudadana directa: referendo, plebiscito, revocatoria y, por supuesto, la consulta, a la que apelan comunidades étnicas y territoriales frente a riesgos de afectación por macroproyectos y explotación irracional de recursos naturales. La que hoy se plantea frente al cáncer de la corrupción no se exceptúa de esa descalificación sistemática. Se nota el temor al empoderamiento de la gente, a la soberanía ciudadana. 

Las formas de participación, todas las que consagra la Constitución del 91, se crearon para salir de la democracia sin pueblo que nos caracteriza, democracia con altos índices de abstención electoral y con una ciudadanía en grandes segmentos ajena a lo público y carente de voluntad para defender lo común, aunque ello lesione directa y gravemente sus intereses, vale decir, su bolsillo, sus derechos y oportunidades.

La consulta la desataron, desde el Partido Verde, la entonces senadora Claudia López y la representante Angélica Lozano, pero no precisamente por afán de figuración, como se dice, sino porque el país estaba literalmente mamado con la corrupción, porque reiterados proyectos anticorrupción fracasaron en el Congreso, porque ante la falta de voluntad parlamentaria casi cinco millones de firmas pidieron realizar la consulta.

El martes 5 de junio de este año el Senado aprobó la realización de la consulta por 84 votos de 98 hábiles (tres senadores presos por corrupción), ni uno solo en contra. Todas las bancadas votaron favorablemente, incluida la del Centro Democrático. El senador Álvaro Uribe fue claro y enfático en su voto a favor. Mediante Decreto 1028 del 18 de junio el presidente de la República convocó la consulta para el 26 de agosto. Todo está dispuesto, ya no cabe vacilación.

No obstante, a la hora del té los partidos de gobierno no muestran entusiasmo por la consulta, como si el voto aprobatorio de la misma solo hubiera sido para hacerse propaganda en la campaña. El presidente Iván Duque dice apoyarla, pero al mismo tiempo anuncia proyectos de ley supuestamente para apuntalarla, pero bien podría ser para desestimularla en la práctica.

La consulta no es de izquierda ni de derecha, es una causa de enorme conveniencia pública general porque la corrupción nos está sacando del bolsillo a los colombianos y colombianas 50 billones de pesos al año, casi un billón (un millón de millones, 12 ceros) a la semana, equivale al presupuesto de salud y educación juntos, es una barbaridad, sin duda la peor de las violencias. Cifras de la Contraloría General de la República. 

Las siete medidas incluidas en la consulta no resuelven todos los problemas, pero constituyen un buen comienzo de solución. Si la consulta alcanza los 12 millones de votos (un tercio del censo electoral) y cada punto es aprobado por más de seis millones, se estará dando un verdadero mandato ciudadano al Congreso de la República para que haga lo que no ha querido hacer hasta ahora.

Sea que se obtengan en la consulta del próximo 26 de agosto los votos necesarios, sea que no, la lucha anticorrupción, eficaz no retórica, debería formar parte de lo que el presidente Duque llama Pacto por Colombia y Gustavo Petro, Acuerdo sobre lo fundamental. Ganaría el país.

Putumayo. La atención a esta nueva tragedia de Mocoa, por un río salido de madre, es una prueba para la solidaridad de todo el país y un indicador de eficiencia y transparencia para el gobierno que se inicia.

Orlando Fals Borda. Este 12 de agosto se cumplieron diez años de la partida del querido y meritorio maestro. Mi columna del 28 de agosto será sobre él.  

lucho_sando@yahoo.es

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar