Sobre el aborto y la intervención de la Iglesia

Antieditorial
04 de noviembre de 2019 - 05:00 a. m.

Por Jorge A Hernández V.

En respuesta al editorial del 25 de octubre de 2019, titulado “La irresponsable presión de las iglesias contra el aborto”.

No puedo estar más en desacuerdo con el editorial de El Espectador del 25 de octubre de 2019, titulado “La irresponsable presión de las iglesias contra el aborto”. Aquí van mis razones:

1. No existe lo llamado IVE, porque “interrupción” implica que se puede continuar, y cuando se practica el aborto, el ser humano no nacido muere y ya no hay marcha atrás.

2. Si el aborto sigue siendo un delito (en 2006 dejó de ser penable, lo cual no induce que deja de ser delito), no puede ser derecho, ni menos uno fundamental. Acabar con la vida de alguien nunca será un derecho.

3. El ministerio no tiene la función de reglamentar un proyecto de ley que lleva micos. Ahora se pretende criminalizar a campañas provida, las cuales se han destacado por ser pacíficas y no atacar a nadie. Una muestra de ello fue el plantón 100 % pacífico del día de ayer.

3.1. Se dice que se pretende que el presidente exceda sus capacidades y la división de poderes, pero en verdad es todo lo contrario. Las leyes las hace el Congreso, no la Corte, que en 2006 llevó el proyecto sentencia C355, lo cual extralimitaba sus funciones. Ahora la misma pide reglamentar y el ministro de Salud saca una resolución que no le corresponde hacer.

4. No es un problema de salud pública, dado que la cantidad de mujeres que mueren, sin que me guste hablar en términos materialistas y entendiendo que toda vida importa, no llega ni al 0,05 % del total de muertes (DANE, 2018). Se debería más bien juntar esfuerzos para pelear de una manera más efectiva con el cáncer de mama, que sí representa un gran porcentaje de muertes femeninas.

5. Se dice que no restringe la objeción de conciencia más allá de sus límites lógicos. Ese argumento lo usan cuando, por ejemplo, está en peligro la vida de la madre. Es decir, para ustedes la vida de la madre es más importante que la objeción de conciencia de un médico, pero no es igual con la vida del no nacido. No es una cuestión de opinión. La ciencia ya se ha pronunciado al respecto y ha dicho que la vida comienza poco después de la fecundación del óvulo con el espermatozoide. Vuelvo y repito: no es algo de opinión.

6. Se ataca a la Iglesia, pero no se ve que ha sido la institución que más ha ayudado a las mujeres que deciden tener a sus hijos.

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