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Opinión

Sobre el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología

Columnista invitado EE: Fanor Mondragón
27 de julio de 2020 - 05:00 a. m.

El país se enfrenta al desafío de estructurar un sistema de ciencia y tecnología acorde a sus necesidades.

Por estos días se está discutiendo la estructura del decreto que reglamenta el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación (SNCTI), los objetivos, los integrantes y los consejos que lo integran con sus respectivas funciones entre otros aspectos. Este decreto normalizará la guía general del desarrollo de la ciencia y la tecnología en Colombia para los próximos años. Si este instrumento queda bien diseñado, el país podrá disponer de unas políticas claras en ciencia y tecnología que le permitan encaminarse por la vía del desarrollo basado en el conocimiento.

Colombia debe propender por un desarrollo científico que le permita entender la naturaleza y actuar en armonía con la misma, tratando en lo posible de no desviarse de su curso evolutivo natural; en otras palabras, tener un desarrollo ambientalmente amigable. Al mismo tiempo, este tipo de desarrollo conducirá a la caracterización y mejor conocimiento de nuestros recursos naturales y biodiversidad, lo cual redundará en propuestas de su transformación con conocimiento generado en Colombia. De esta manera podemos liberarnos poco a poco de una economía basada en la comercialización de materias primas, para empezar a introducirnos en una economía basada en el conocimiento: este debe ser un punto central en la concepción del SNCTI.

El SNCTI debe tener inicialmente una estructura liviana que le permita ser ágil en su operación, un número demasiado grande de consejos hace impráctico el funcionamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Adicionalmente, el ministro/a no tendrá el tiempo para atender las necesidades de su dependencia lo mismo que las otras que le imponen su dignidad en el Gobierno Colombiano. El consejo encargado de hacer la prospectiva nacional y mundial de las tendencias en ciencia y tecnología debe tener un número de personas que lo hagan funcional, para que sea ágil en el análisis de las propuestas. En el esquema que se está proponiendo, este consejo de política científica tiene 21 integrantes, (además de posibles invitados) lo cual sugiere que será poco eficiente. Por tratarse de un sistema muy específico sobre los temas de ciencia y tecnología, los integrantes de los consejos que se establezcan en el SNCTI deben ser nombrados por sus méritos y no por su ubicación geográfica, pertenencia a gremios u organizaciones sociales o étnicas. Un factor que afectaría grandemente el funcionamiento del SNCTI es que se vuelva un fortín burocrático; cada integrante debe actuar imparcialmente y a nombre propio por el bien del desarrollo del país. El consejo de política científica es el que trazará el norte para el desarrollo del país en los próximos 20-30 años, y consecuente con estas propuestas se establecerán las estructuras que se requieran, las cuales deben ser dinámicas en su organización y en su quehacer, y que deben ser evaluadas regularmente.

Debido a la situación actual que estamos enfrentando en Colombia por el Covid-19, es bastante claro que una de las políticas que requerimos con urgencia es el respaldo que desde el Estado se debe dar con conocimiento a las mipymes para que superen la enorme crisis en la que se encuentran. Con frecuencia escuchamos que se establecen programas de préstamos económicos a las mipymes para ellas mejoren sus condiciones. Estas empresas podrán mejorar su calidad y productividad, para ser competitivas nacional e internacionalmente, únicamente si tienen un fuerte respaldo con conocimiento científico y técnico en el área de su quehacer. En las etapas iniciales este respaldo debe ser aportado enteramente por el Estado a manera de pedagogía, para que las mipymes entiendan que invertir en investigación y desarrollo es un gana-gana para las empresas, la academia, el Estado y la sociedad. El país necesita que en primera instancia se atiendan las necesidades de conocimiento que tienen las mipymes, que son las que soportan el empleo de ~80% de los colombianos. Para esto es urgente la creación de institutos de investigación por demanda como lo planteó la reciente Misión de Sabios. En este tipo de institutos trabajarán técnicos, profesionales y científicos egresados de nuestras universidades y de la diáspora colombiana, quienes estarán analizando continuamente las necesidades científicas y técnicas de las empresas del sector (p.ej. calidad, infraestructura, digitalización, eficiencia, optimización y modernización). Paralelo a esta actividad el Estado debe fomentar el establecimiento de las estructuras que conduzcan a la generación de nuevas empresas basadas en el conocimiento, como los parques de ciencia y tecnología, los cuales son nichos especiales de donde surgen la mayoría de las spin-offs.

Las expectativas con un sólido y ágil SNCTI son grandes para que el país tenga opciones claras de desarrollo. Esto pasa al disponer, además de la organización antes descrita, de la financiación anual apropiada desde el Estado, la cual hoy en Colombia es 0.2% del PIB mientras que en los países de la OECD es alrededor del 3% del PIB.

Finalmente, es muy importante la colaboración y apoyo del SNCTI a otros sistemas que actualmente existen en Colombia, pero manteniendo su independencia. Esto es particularmente de relevancia con el sistema de competitividad, ya que aquí hay que tener en consideración muchos otros factores aparte de la ciencia y la tecnología como son carreteras, puertos, aeropuertos, movilidad, sistema bancario, entre otros.

Por Fanor Mondragón

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