Sobre ovnis y pruebas irrefutables

Juan Carlos Botero
27 de julio de 2018 - 03:00 a. m.

Era predecible: correos, opiniones, críticas e insultos por mi columna anterior, y todo porque, como dije, el debate sobre seres extraterrestres genera fuertes pasiones, para bien y para mal, y mucho debate encendido. Pero ahora, gracias a las últimas noticias reveladas a la opinión pública, una pregunta se impone por encima de las demás: en este tema de los ovnis, ¿qué se necesita para que la persona crea?

Mejor dicho, ¿qué tiene que ocurrir para que el escéptico ponga de lado sus dudas y piense que existe vida en otros planetas? Porque muchos dicen que sólo creerán en ovnis y extraterrestres cuando alguien les muestre una prueba irrefutable. Y esa es una posición válida. Claro, el día de mañana que aterrice una nave espacial en el césped de la Casa Blanca, filmada por las mayores cadenas de noticias del mundo, ya nadie lo dudará. Pero, antes de eso, ¿qué tiene que pasar para que el incrédulo cambie de opinión? ¿Cuáles pruebas serán, en verdad, irrefutables? Y aunque cada uno tendrá su respuesta ante esa pregunta, lo cierto es que quizás esas pruebas ya existen.

En efecto, si hace unos años alguien nos hubiera dicho lo siguiente: Miren, ustedes se van a enterar muy pronto de una noticia asombrosa, y no divulgada por un medio sin prestigio sino por el New York Times, y no refundida en las páginas interiores del diario ni publicada en una sección de hechos insólitos, sino destacada como primicia en la primera página del día domingo, porque se trata de una revelación trascendental; además, la fuente de la noticia es el Ministerio de Defensa de los EE. UU., y consiste en un video, en el que se oye el diálogo de dos pilotos de guerra, aviadores de la Fuerza Aérea norteamericana, mientras persiguen en el cielo un objeto volador que ellos no pueden identificar; y a la vez los pilotos señalan que no están viendo un solo objeto sino todo un escuadrón de aparatos similares, perplejos porque jamás han visto algo comparable en toda su vida; y en el video observamos el objeto, y es inmenso y extraño, y se ve que está volando en contra de vientos de huracán, de más de 120 millas por hora, rotando en el aire sin esfuerzo y sin dejar plumas de propulsión ni rastros de combustible quemado; y en el extenso artículo que acompaña el video, el diario nos informa que esa filmación hace parte de una vasta colección de pruebas reunidas por una oficina secreta del Pentágono, dedicada a esclarecer la verdad de los ovnis, y que éste es uno de 12.000 casos que han estudiado a fondo, de los cuales han descartado la mayoría por tener explicaciones terrenales, pero que todavía existen 701 casos de avistamientos inexplicables, como el de este video; y el director de esa oficina secreta afirma que lo que antes se creía ciencia ficción ahora son hechos comprobados, y que la tecnología espacial que han descubierto en estos años es una ante la cual los EE. UU. no tienen defensa alguna… En fin, si nos hubieran dicho todo esto, ¿creeríamos? ¿Esas pruebas serían irrefutables?

No lo sé. Pero esta noticia ahora es de dominio público. Porque el video y el artículo con la fuente, el díalogo de los pilotos, la filmación del aparato volando sobre las nubes y todo eso lo publicó el New York Times el pasado 16 de diciembre. Y ahora cada uno tendrá que decidir qué hacer con esa información.

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