Solidaridad sin compromiso

Weildler Guerra
05 de enero de 2019 - 05:00 a. m.

Las declaraciones del presidente Duque acerca de nuestro proceso de independencia durante la reciente visita a Cartagena del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, opacaron el objetivo de la visita de este funcionario y ocasionaron una álgida y extendida polémica entre los ciudadanos, que se mantiene con vigor en las redes sociales. El debate debería estar guiado por la rigurosidad histórica antes que por las pasiones surgidas entre partidarios y adversarios del Gobierno.

En sus palabras de bienvenida, el presidente señaló lo especial de este año para Colombia y resaltó que “hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial y hoy recibir este segundo día del 2019 con su visita nos llena de alegría y honor”. La palabra “crucial” es la que ha desatado la polémica, porque su significado implica “lo determinante, vital y concluyente dentro de una situación crítica”. En consecuencia, es válido preguntarnos si ¿fue el apoyo de los Estados Unidos vital, determinante y concluyente para obtener nuestra independencia?

Un documento clave para entender la visión de los padres fundadores de la independencia norteamericana en materia de relaciones exteriores es el discurso de despedida de George Washington al pueblo de los Estados Unidos, conocido como Farewell Address, publicado en septiembre de 1796. En este documento les dice a los norteamericanos: “Ustedes han sido testigos de la formación de dos tratados, el de Gran Bretaña y el de España, que les aseguran todo lo que puedan desear, con respecto a nuestras relaciones exteriores, para confirmar su prosperidad”, les pide a sus conciudadanos mantener la unidad entre el Norte y el Sur y conservar la prudencia en materia exterior como principios orientadores para asegurar la estabilidad de la nueva nación.

No olvidemos que Estados Unidos mantuvo sus ambiciones territoriales sobre la Florida y los tratados ratificados entre ambos países que legitimaban su adquisición se intercambiaron  en  febrero de 1822.  Un mes después de ese acuerdo con España, y a casi tres años de haberse dado la Batalla de Boyacá, el presidente de los Estados Unidos James Monroe anunció la decisión estadounidense de reconocer las repúblicas hispanoamericanas. Una decisión que según el historiador norteamericano Arthur Whitaker, un acto de solidaridad republicana que ciertamente se hizo esperar.

Ningún historiador serio pondría en duda la importancia que tuvo la independencia norteamericana y la Constitución por ellos adoptada como referentes político y jurídico respectivamente, para estimular los proyectos emancipadores hispanoamericanos. Tampoco debemos olvidar la fuerte presión que Estados Unidos ejerció ante México y Colombia para que desistieran de su alianza para alcanzar la independencia de Cuba.

Hasta hoy no hay evidencia documental de apoyo crucial del gobierno de Estados Unidos a nuestra independencia. En contraste, la solidaridad manifiesta de Haití se concretó en pertrechos, armas, imprentas, municiones y dinero en un momento crucial de nuestra independencia. Ello no ha merecido palabras de reconocimiento de ningún jefe de Estado colombiano. Como lo ha afirmado el historiador holandés Sytze van der Veen, los líderes de Estados Unidos frente a nuestro proceso de independencia se limitaron a adoptar una neutralidad complaciente y solidaridad sin compromiso.

wilderguerra@gmail.com

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