Soltando una ráfaga devastadora de golpes

Mauricio Botero Caicedo
16 de septiembre de 2018 - 05:00 a. m.

Los nuevos magistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) son funcionarios que por su abnegada labor van a recibir $34 millones mensuales, más el derecho a vehículos, celulares y un equipo de trabajo que los acompaña en sus oficinas. En total, los magistrados se van a redondear unos $40 millones al mes. Pocas cosas causan más satisfacción que ver a un puñado de compatriotas disfrutar de supremamente bien remunerados puestos. En su mayoría, estos magistrados son políticos quemados en las pasadas elecciones que accedieron a tan espléndidos puestos dada la magnificencia de nuestros padres de la patria, generosidad que nos llena de satisfacción a los contribuyentes.

El exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Armando Novoa presentó en días pasados un informe sobre su gestión, en el que afirma: “El CNE sólo trabajaba ocho horas al mes”. En pocas palabras, los honorables magistrados del CNE se ponen cinco millones de pesos por hora de trabajo, $83.333 por minuto, cerca de $1.400 por segundo. ¿No nos debemos hincar diariamente de rodillas y agradecer que la Constitución del 91 hubiera dado a luz una criatura como el CNE?

Pero, en aras de la verdad, se debe aclarar que en el CNE no todo es color de rosa: los magistrados que ocupen dichos cargos, a pesar de su espléndida remuneración, corren un inocultable riesgo físico. El ya mencionado exmagistrado Novoa agregó: “Revisé todas las actas, y al hacer pública la información, algunos consejeros se lo tomaron personal y me retaron a un enfrentamiento físico: estamos hablando de una pelea a puños como si fuéramos una pandilla de barrio”. Todo parece indicar que el maltrato o acoso deliberado de un colectivo en contra de uno de sus miembros para expresarle su rechazo era práctica común en el CNE.

Respetuosamente quisiera recomendar que nadie rechace un jugosísimo sueldo de cinco millones de pesos por hora sólo porque existe la posibilidad de una pelea a puños tipo pandilla de barrio. ¿No podría el Congreso aprobar una partida para clases de boxeo de todos y cada uno de los magistrados que entren a formar parte del Consejo Nacional Electoral? De prosperar mi respetuosa iniciativa, los aspirantes a magistrados del CNE tendrían que comprometerse a iniciar un riguroso y exhaustivo régimen de entrenamiento. Magistrados veteranos sugieren que los principiantes entrenen entre tres y seis meses antes de entrar al Consejo. Esto permite a los magistrados novatos “alcanzar una alta condición física y perfeccionar técnicas básicas antes de sufrir sus primeros golpes. La mayoría de los programas de acondicionamiento físico para magistrados se pueden dividir en tres categorías: cardiovasculares, ejercicios básicos y entrenamiento con pesas. Los magistrados exitosos practican técnicas de golpes con los puños mucho antes de entrar a formar parte del CNE. Ya sea contra uno mismo o usando un saco de arena, los magistrados nuevos deben concentrarse en tener una postura adecuada cuando lanzan un golpe. Después de volverse expertos al repartir una variedad de golpes, los magistrados normalmente desarrollan combinaciones, en las que sueltan una ráfaga devastadora de golpes sobre sus magistrados rivales”.

Los magistrados entrantes tienen que aprender a recibir y bloquear golpes. Lo que nadie les ha pedido, ni les va a pedir, es que sepan una jota de derecho. Para defenderse, las clases de boxeo son más que suficientes.

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