Notas de Buhardilla

Solución sensata

Ramiro Bejarano Guzmán
14 de abril de 2017 - 11:09 p. m.

Me niego a creer que haya quienes, invocando el clientelista argumento de que hay que preservar la integridad del Consejo de Estado, se opongan a la creación de una Corte Electoral en contravía no solo de lo sugerido por la comisión de expertos, sino de la corriente predominante en el mundo entero.

Desde hace 26 años existe en el Consejo de Estado la Sección Quinta encargada de los juicios electorales en única instancia, que hasta 2011 era una de las más morosas de la jurisdicción contenciosa y no gozaba de buena fama, pues varios de sus funcionarios resultaron sancionados por corruptos. Aunque la morosidad se ha aliviado un poco, aún el drama de que los fallos en juicios electorales lleguen a tiempo sigue siendo neurálgico, por cuenta del mecanismo de someter determinados pleitos a conocimiento de la sala plena de la Corporación, dizque para garantizar transparencia. En la vida real esa vía lo que asegura es la postergación injustificada de las decisiones y el reino de la intriga.

Así, por ejemplo, ocurrió con el accidentado proceso de nulidad de la reelección del nefasto Alejandro Ordóñez, cuyos amigos se empeñaron en impedir que la decisión se adoptara en la Sección Quinta para que fuera la sala plena la encargada de resolver el litigio, donde casi logran el milagro de que primero terminara el período del corrupto procurador antes de que fuese expulsado de su cargo. Algo similar sigue ocurriendo hoy, pues están pendientes de ser resueltas varias demandas de nulidad de la elección de senadores elegidos en 2014. Y los casos abundan, porque pedir que un proceso electoral se ventile en sala plena terminó convertido en una argucia o leguleyada que da jugosos resultados.

Una Corte Electoral que no sea escogida por el deteriorado Consejo Superior de la Judicatura, sino por ella misma, pero de ternas elaboradas por el Consejo de Estado, Corte Constitucional y el presidente de la República, la expondría menos a la perversa influencia politiquera, en especial si los nominadores escogen a personas competentes y sin manchas éticas. Pero sobre todo una Corte Electoral integrada de esa manera proferiría los fallos electorales en tiempos reales, es decir, antes de que alcaldes, gobernadores, representantes, senadores, fiscal, procurador, contralor, etc., se posesionen, y no como ocurre hoy, que los funcionarios demandados terminan cómodamente sus períodos y ya retirados son anuladas sus elecciones o nombramientos.

El establecimiento de dos instancias breves en los procesos electorales, como ocurriría en una Corte Electoral, protegería el derecho de los electores, por lo general indefensos, antes que el derecho de los elegidos, de suyo siempre poderosos y recursivos, y, además, terminaría con las perversas y costosas elecciones atípicas que tanto daño causan a la democracia y con la ampliación arbitraria de los períodos de ciertos funcionarios.

La propuesta de una Corte Electoral parece no convencer a algunos consejeros de Estado, en particular a su vicepresidente, Germán Bula, un curtido político costeño que después de muchos intentos por llegar al Consejo de Estado hoy por fin ocupa una plaza en la Sala de Consulta, pero en sus años mozos militó en el MOIR, luego se dedicó al servicio público como vicecontralor, ministro de Pastrana, candidato a la Cámara y consentido del cuestionado Convenio Andrés Bello, para solo mencionar algunos de sus logros, por ahora. Curiosamente la sección en la que Bula oficia como togado es parte del problema que resolvería la Corte Electoral, pues varios de los conceptos de la Sala de Consulta han determinado que se inscriban como candidatos a distintas corporaciones públicas personas cuyas elecciones posteriormente son anuladas por la Sección Quinta o el pleno de la Corporación. Varios dirigentes políticos, con razón, están sorprendidos de que Bula sea hoy el protagonista de un intenso cabildeo en los partidos contra la Corte Electoral, con lo cual el fogoso cordobés quiza crea que con esta campaña aseguraría su elección como presidente del Consejo de Estado el próximo año.

Adenda. Estremecedora y hermosa la novela El Regreso del escritor libio americano Hisham Matar.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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