Subsidiando ando

David Yanovich
25 de febrero de 2020 - 05:00 a. m.

Mucho se ha diagnosticado en Colombia sobre el gran costo social que tiene hoy la destinación de subsidios a quienes no los necesitan. El caso más estudiado es el de las pensiones, donde se ha demostrado hasta la saciedad que son los cotizantes de ingresos altos y de regímenes especiales los que más subsidios reciben.

Pero menos atención se ha prestado a los subsidios a los servicios públicos, particularmente energía eléctrica y gas. Estos se cubren a través del Fondo de Solidaridad para Subsidios y Redistribución de Ingresos (FSSSI), en donde los usuarios de estratos 5 y 6 y los comerciales realizan una contribución sobre el valor de su factura para cubrir los subsidios otorgados a los estratos 1, 2 y 3 para el caso de energía, y 1 y 2 para el caso del gas.

El problema es que las contribuciones están lejos de cubrir el monto de subsidios otorgados, por lo que debe entrar a cubrir ese déficit el Presupuesto General de la Nación. Todo esto lleva a ineficiencias e inequidades, como bien concluye un estudio reciente presentado dentro del marco de la Misión de Transformación Energética. Estos estudios fueron presentados por el Ministerio de Energía en semanas recientes y contienen revelaciones que vale la pena mencionar. El estudio, denominado “Foco 4”, se encargó de mirar el tema de los subsidios.

Según el estudio, cada mes se pagan más de $100.000 millones en subsidios de electricidad y más de $30.000 millones en subsidios de gas natural a hogares que no están bajo la línea de pobreza. Más del 40 % de los hogares de estratos 2 y 3 se encuentran por encima de la mediana de ingreso, y más del 60 % de los usuarios de energía eléctrica y del 45 % de gas natural son receptores de estos subsidios, sin encontrarse en situación de pobreza monetaria.

Si se desglosan los números por regiones sobresale una por encima de todas las otras: el Caribe. Es la única región del país localizada en su mayoría por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar en donde el 65 % de los hogares consumen electricidad por encima del nivel de subsistencia (sobre el cual se aplican los subsidios). Y la tarifa promedio de estrato 4 para el Caribe es la más baja comparándola con las otras regiones: el estudio indica una de $397 por kilovatio hora, mientras que en Bogotá, por ejemplo, es de $437,9; en Antioquia, de $468,8, y en el Pacífico, con niveles de ingreso probablemente inferiores, de $496,8.

El Caribe es responsable de más del 60 % del déficit de subsidios eléctricos en el país, que se cubre en su mayoría con el Presupuesto General de la Nación. Y no se ve ninguna tendencia a que se mejore si se sigue con el esquema actual de distribución de subsidios.

La reforma que se requiere no es menor. Se necesita pasar de un sistema que distribuye subsidios por estratos a uno que lo haga por condiciones de pobreza, de manera focalizada, algo que podría tener costos importantes, sobre todo al comienzo del cambio de implementación. Sin embargo, estas mediciones en Colombia ya existen, en el Sisbén. Los autores del estudio calculan que se podría reducir el déficit del FSSRI de $154.000 millones mensuales a alrededor de $8.600 millones, liberando alrededor de $1,8 billones anuales para destinar a otros programas sociales en el país.

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