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Subversivos del Park Way

Alberto López de Mesa
17 de septiembre de 2020 - 12:13 a. m.

En 1938, el urbanista austriaco Karl Brunner, desde el concepto de “Ciudad Jardín”, da las directrices para la construcción del primer bulevar en Bogotá. Será un eje verde en mitad de la carrera 24 entre las calles 36 y 45: por entre árboles y jardines, va un sendero adoquinado en cuyo trayecto se dan rotondas, dotadas de bancas y farolas para la iluminación nocturna y al costado sur, una plazoleta que es a la vez el pedestal para la estatua homenaje al almirante del ejército patriota Prudencio Padilla.

La Soledad es el barrio de la localidad Teusaquillo que contiene el mayor tramo de la vía parque, fundado también en los 40 para familias que hoy en día se clasifican en los estratos cuatro y cinco, familias de profesionales, también empresarios que desde siempre han gozado, con sentido de pertenencia, las bondades urbanísticas del Park Way. En los inicios, el uso del bulevar fue elitista y aristocrático: paseos vespertinos de la vecindad distinguida, con sus mascotas, desde entonces se emplazaron en el barrio fundaciones filantrópicas y sedes políticas que usaron estaciones del parque para actividades públicas. Los días patrios llegaban retretas y bandas militares a la plazoleta del almirante. Siempre ha llegado allí población flotante, en pos de la oferta gastronómica y cultural que ha ofrecido la zona en sus distintas épocas.

Ya está visto que la calidad ambiental, urbanística y social de un espacio hace que devenga en polo de desarrollo para la ciudad, así fue que el Park Way, toda vez que propicio prosperidad en los barrios aledaños, se volvió punto de encuentros cada vez mas democrático. Sin llegar a ser un bulevar popular propiamente dicho, si acogió ofertas ya no elitistas, ahora para gentes diversa pero, en muchos casos, manteniendo el gusto aristocrático. Ejemplo de las nuevas mixturas eran los encuentros navideños que a la sazón de la decoración iluminada coincidían paseantes católicos con corrillos en recitales poéticos.

Del vecindario natural se sabe que es mayoritariamente educado. Aún hay manifestaciones arribistas de quienes siguen creyéndose élites como en los tiempos en que la ex primera dama, doña Bertha de Ospina, que puso su fundación allí, se pavoneaba por el parque con su corte de prosélitos. A la vez, es leyenda que en alguna casa del sector el médico líder del M-19

Carlos Toledo Plata planeo varios de los golpes históricos de esa organización. Curiosamente también fue personaje del barrio la indigente Gloria Bohórquez, reconocida con el poético mote de María Soledad, querida por su expresa dignidad, un día desapareció sin dejar rastro.

Los salones de onces, los cafés, los bares de la soledad, frecuentados por poetas, artistas, gentes de la farándula e intelectuales, desde los años 70 fueron tertuliaderos, fogón de ideas culturales y políticas, de hecho, según datos oficiales, la zona tiene los más altos índices de educación universitaria, y el equipamiento cultural hace que allí se den manifestaciones altamente cualificadas.

La constitución del 91 fue apertura para la valoración de la diversidad de cerdos, de expresiones, entonces florecieron nuevas ciudadanías, que ya en este siglo caracterizaron su presencia en los ámbitos de la ciudad. Por supuesto el Park Way vera sublimado su carácter. De suerte que junto al auge de los teatros Arlequín, Casa Ensamble, Sala Edgardo Román, más estancias para la rumba culturizada. Causó que a las rotondas del Park Way convirtieran juglares, acrobacia artística, espontánea conversatorio peripatéticos, deportistas y a la vez niños, mascotas, estudiantes y otros combos conspirando alguna irrupción estética.

La cercanía de la Universidad Nacional, más las nuevas fracciones de la sociedad que ahora se relaciona en función de su formación y sus experiencias con movimientos de resistencia ciudadana, y que por lo mismo, empezará a recibir la violencia por parte de instituciones de represión, por tradición contrarias a los movimientos sociales, de un lado la policía, pero también el vecindario reaccionario, de tradición derechista, que no admitirá el nuevo vanguardismo.

No obstante, y en virtud de su privilegiada ubicación y de su historia, hoy en día el Park Way se ha convertido en un laboratorio de toma de conciencia, un portal de sensibilidad, espejo que recoge los hechos sociales que conmueven la ciudad y los reinterpreta desde nociones elaboradas en los encuentros, ya académicos, ya políticos, ya artísticos que suceden en el más vital y dinámico separador vial.

Allí conviven grupos alternativos, recuerdo aquí: “Pasa la calle”, “Distrito Canábico”, “Teusacalabici”, otros de corte ambientalista, feministas y LGBTI, progresistas y etcétera de corrientes que, sin duda enervan a las conciencias ortodoxas y a las instancias represoras.

Desde las manifestaciones multitudinarias del paro nacional en N21 de 2019, los combos del Park Way sublimaron sus compromisos sociales. Con festivas y memorables jornada de cacerolazos, desde allí partieron marchas protestando con contundencia pero con arte y alegría.

Entonces y desde antes, el ESMAD interpreta a los estudiantes encapuchados, a la juventud beligerante por indignada, como células subversivas influenciadas por grupos terroristas.

La semana pasada, en reacción por el asesinato del abogado Javier Ordóñez a manos de dos policías del cuadrante del barrio Villa Luz en la localidad de Engativá, la ciudad reaccionó con irá, no era para menos. Y los combos del Park Way participaron de las denuncias, también allí, como en varias partes de la ciudad, la gente atacó iracundos los CAI.

¿De que otro modo se protesta contra los abusos sistemáticos que viene cumpliendo la fuerza pública en todo el país?

Antes los policías del CAI de la Soledad, se integraban como vecinos a las dinámicas del barrio, lo cual hacía más eficaz su responsabilidad con la seguridad. En cambio ahora, hacen notoria la distancia con la comunidad y no dudan en imponerse por la fuerza a los manifestantes del sector, como si la orden del gobierno fuera anular por la fuerza las manifestaciones sociales. Ahora irrumpe el ESMAD, para quienes los que allí protestan son los subversivos del Park Way

 

Gonzalo(03064)17 de septiembre de 2020 - 05:17 p. m.
Interesante columna, gracias por sus aportes. El error en libertad de cerdos nos hace reír y coincide con el que nos gobierna.
Atenas(06773)17 de septiembre de 2020 - 02:36 p. m.
Y este ñero, con filigranas de aparente erudición, nos pasea por las calles donde esperó tener de sus 'parces' los voticos q' en el concejo le permitieran aterrizar, mas fue tan pobre su electorado q' su admirado Petro anonadado quedó al ver q' no le alcanzó y confirmado tuvo, y esto ya lo espanta q' desechables y adictos sólo sus adicciones persiguen y q' tamaña retórica sólo el papel aguanta.
Che(76218)17 de septiembre de 2020 - 01:59 p. m.
Vaya vaya con este guerrillero de la Soledad y encima hizo su escuela en las calles del Bronx, bazuco en mano. Una joya este miliciano de Petro.
Camilo(57229)17 de septiembre de 2020 - 02:19 a. m.
Aunque comparto que parece haberse escapado el texto aún sin corregir, resulta muy interesante la historia y el devenir de ese espacio urbano. Gracias columnista por la reflexión acerca de la ciudad.
Martha(68229)17 de septiembre de 2020 - 01:49 a. m.
Qué cantidad de errores ortográficos, sobre todo tildes y palabras mal escritas. Cerdos, en vez de credos
  • -(-)17 de septiembre de 2020 - 06:38 p. m.
    Este comentario fue borrado.
  • Che(76218)17 de septiembre de 2020 - 02:00 p. m.
    Consecuencias que deja el uso indiscriminado de sustancias alucinógenas.
  • -(-)17 de septiembre de 2020 - 06:37 p. m.
    Este comentario fue borrado.
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